Sáb. Oct 12th, 2024

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La heroína

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Era una bebé de seis meses cuando alguien la dejó caer, provocándole una herida que requirió anestesia general y cirugía. A los 18 meses, le descubrieron una comunicación interventricular, a nivel cardíaco, la sangre oxigenada se mezclaba con la no oxigenada, y, de nuevo, entró en un quirófano. A los nueve años sufrió una hemorragia cerebral espontánea, debido a una malformación arteriovenosa y, esta vez, requirió más de una intervención.

Como un paseo

Cuando recibió aquel golpe terrible, en la frente, su madre la notó calmada, no estaba llorando, como lo habría hecho cualquier otro bebé de su edad. Y, durante la segunda cirugía, la del corazón, solo protestó mientras una enfermera inexperta la pinchaba, numerosas veces, incapaz de encontrarle las venas. El resto del tiempo estuvo sonriente, se lo tomó como un paseo, la operación fue en el exterior. La pasó tan bien que, cuando le tocó su primera cita, después del alta médica, hubo que dar muchas explicaciones porque se había caído, en la casa, donde se hospedaba, y se golpeó la cara.

Cumplió su palabra

Su valentía quedó probada, de nuevo, luego de la hemorragia cerebral, cuando, sometida a numerosos estudios, se entretenía viendo películas y no quería salir de los aparatos, hasta que se terminaran los filmes. Para un proceso, en particular incómodo, el último, los médicos necesitaban que ella se comprometiera a que se quedaría quieta, de lo contrario, habría que anestesiarla. No fue necesario. Dio su palabra, de no moverse, y la cumplió al pie de la letra.

Y llega el covid 19

El caso es que su familia sabía que era valiente, que su sentido del humor puede enfrentar muchas pruebas, pero no imaginaba hasta dónde llegaba su fortaleza. Lo demostró cuando a la puerta de su casa tocó el Covid 19. Con solo 21 año, protegida siempre, cuidada, parecía que no podría lidiar con el problemón que se le vino encima, ella y todos los miembros de su familia, excepto un hermano menor, se habían contaminado.

Cabeza de familia

Ante sus numerosos tropiezos de salud previos, era una incógnita cómo respondería su cuerpo al virus. No obstante, se negó a dejar sola a su madre, ingresada en una clínica, se convirtió en la mamá de su hermano, también positivo, y en la gestora de las necesidades de todos. Es decir, en la cabeza de familia, de un momento al otro.

Algo bueno

Lo más sorprendente fue su alegría en medio de la prueba, su risa, y esa paz que sobrepasa todo entendimiento, la que Dios regala a la ingenuidad y el optimismo de los jóvenes. Se echó sobre los hombros a sus seres amados y los sacó a camino sin perder el buen humor. Ahora, es la heroína de su familia. Algo bueno debe dejarnos, después de todo, el bendito Covid 19.