“NO DAR MAL EJEMPLO”: UNA ADVERTENCIA DE JESÚS

EVANGELIO DE HOY: 9/8/21 (Mt 17,21-26).

En el evangelio de hoy se nos presenta una situación vinculada al pago de impuestos. Jesús vive en una dinámica social, que le traerá sus consecuencias, pero pertenece a otra dimensión, tanto Él como cada uno de sus discípulos. Desde este horizonte de compresión, meditamos:

¿SU MAESTRO NO PAGA LAS DOS DRACMAS?

• Esta fue la pregunta que le hicieron los cobradores de impuesto a Pedro, mientras Jesús iba de camino con sus discípulos. Llama la atención, la formulación de dicha pregunta en forma negativa, como quien esperase, de respuesta, una refutación. (Las dracmas eran monedas griegas, pagadas al imperio romano, anualmente, en forma de impuesto; equivalentes a dos días de trabajos).
• Llega a nuestro imaginario, esos señores, cobradores de impuestos, que ven pasar al Maestro de los maestros, al Hijo de Dios, y no lo reconocen. Tienen la sensibilidad enyesada por el dinero. ¡Cuántas preguntas desaprovechadas que pudieron hacerse y no se hicieron! Esto nos confronta también a nosotros, cuando nos inclinamos por cosas pasajeras y transitorias. Lo que uno pregunta revela el interés que porta. ¿Dime qué preguntas y te diré el interés que tienes?
  -Todo indica que Jesús escuchó la pregunta y la repuesta de Pedro, quien se limitó a responder, sí. (Jesús paga los impuestos).
• Luego, en la intimidad, sin que se lo exijan, Jesús profundiza en las razones por la cual los paga:
• Con la imagen de los reyes del mundo, que cobran impuestos no a sus propios hijos, sino a los extraños; Jesús deja claro que como Hijo de Dios, no necesitaría pagarlos. Ni Él ni los suyos. Sin embargo, para no dar mal ejemplo, humildemente lo hace. Termina sugiriendo a Pedro, con lenguaje figurado, que el primer pago de su jornada sea destinado a dicho deber, no a nombre propio, sino comunitario. NO DAR MAL EJEMPLO

• “No dar mal ejemplo” es la advertencia central que Jesús nos ofrece en este evangelio.

• Quien ama verdaderamente al Señor, cuida todos los detalles, para que su vida y su palabra no entren en polémica ni en discusión. Evita distracciones.

• Se trata de una actitud pacífica, no para evitarse problemas, sino para favorecer que el evangelio, y las cosas del Reino, crezcan.

• La persona enamorada del Reino sabe escoger las discusiones que entabla, las resistencias que hace. No le interesa nada de cosas pasajeras; desapegado de todo, es pronto a pagar lo necesario, y trabaja para conseguirlo, siendo socialmente responsable.
• Entendemos que el mal ejemplo se puede dar en cualquiera de las dimensiones de la vida. Uno puede dar mal ejemplo en la manera de hablar, de comportarse, de vestirse, de tratar a los demás…

Señor: hoy aprendemos de tu libertad de vida. Enséñanos a ser personas de alto vuelo. No queremos demorar en aquello necesario, que muchas veces llamamos deberes. Necesitamos resolver las responsabilidades cotidianas, para que éstas no nos distraigan de lo realmente verdadero y eterno. Ojalá seamos como tú, bien portados y humildes. Que cuando pasemos, mientras vamos de camino, las preguntas que hagan sobre nosotros, no susciten comentarios escandalosos.

1. ¿Estoy dando ejemplo con mi vida?
2. ¿Cómo discierno el tipo de ejemplo que estoy dando?
3. ¿Qué personas me han dado un buen ejemplo?