EL AMOR Y LA BONDAD: PULMONES DEL ACTUAR DIVINO.
3 min readEVANGELIO DE HOY: 18/8/21 (Mt 20,1-16).
El evangelio de hoy continua abordando sobre santos criterios de Dios en su Reino; criterios que contrastan con los argumentos humanos. El amor y la bondad son pulmones del actuar divino. La misericordia es la cédula de identidad de nuestro Dios. Meditemos:
LOS VIAJES DEL PROPIETARIO DE LA VIÑA
- Llama la atención la cantidad de veces que sale el mismo propietario de la viña a buscar jornaleros; ni siquiera manda al capataz.
- Sale cinco veces, en diferentes horarios: al amanecer, media mañana, mediodía, media tarde, caer de la tarde. El propietario, en su manera de ser, se parece Él mismo a un jornalero. Es trabajador, no le importa la oscuridad, ni el picor del sol; lo mueve el interés de incluir más trabajadores antes de que acabe el día. Tiene actitud inclusiva: “vayan también ustedes a mi viña”.
- Ninguno de sus viajes han sido en vano, siempre regresa con algunos jornaleros.
- Los viajes sirven para constatar los motivos de algunas personas ociosas: “Nadie nos ha contratado”.
- En cada ida, en cada vuelta, el propietario rescata la dignidad del que estaba inactivo. Se fijó en quienes nadie reparaba. Se interesó por ellos, y los asumió.
EL PAGO DE LOS TRABAJADORES
- El propietario ordena el pago convocándolos a todos: “llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”.
- ¿Se hubiese ahorrado pleito si le paga a todos iguales, pero por separado?
- ¿Por qué hace que, los que trabajaron más testimonien el pago igualitario de los últimos?
- Aquí tenemos la lección de vida: Dios es bueno. Da a cada quien lo que necesita para vivir. Le mueve la misericordia, no los cálculos humanos.
- El ser humano tiende a compararse, a medirse, fósforo que enciende su rabia y su soberbia interior.
- Hay una clara diferencia en cómo Dios paga al ser humano y cómo el ser humano paga a Dios.
- Un boche santo se expone para reflexionar: “¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener envidia porque yo soy bueno?”.
- Dios, con esa conclusión, se ha quitado la correa, por sus palabras tajantes, que nos hacen buscar puesto, descalzarnos, bajar la cabeza, y aprender.
- La parábola deja en evidencia nuestros egoísmos y nos advierte sobre el corazón de Dios, ante el cual nos podemos llevar grandes sorpresas. Lo más prudente es respetar y dejar que Dios sea Dios.
Señor: reconocemos que muchas veces nos hemos comparado con los demás. Nos hemos preguntado ¿por qué no a mí?, y hasta hemos medido fuerzas. Cuando te conocemos un poco más, hasta nos avergüenzan algunas posturas y actitudes. Pero estamos aquí, dispuestos a dejarnos corregir por tus enseñanzas. Danos humildad para recibir agradecidos lo que nos quieras dar. Confiamos en ti. Queremos cultivar la gratitud. Déjanos testimoniar tu amor para con todos iguales. Déjanos contemplar tu sagrado corazón. Que tanta gracia se torne, a nuestros ojos, fuego purificador de nuestras miserias.
- ¿Cuántas veces ha salido el propietario de la viña a mi encuentro?
- ¿He socaliñado alguna vez el pago de Dios?
- ¿Estoy saliendo a dar vueltas y vueltas para que otros también vengan a la viña?
- ¿Cómo me cae testimoniar la bondad de Dios para con todos iguales?
- ¿Cómo están funcionando mis pulmones: amor y bondad?