¿A dónde iremos?
2 min readHay mucha gente desorientada que no sabe pa’ donde va. Creo que el que no sabe dónde va, ya llegó y no debe seguir caminando hasta que encuentre su norte. Pero el ser humano es testarudo y sigue caminando sin cuestionarse el por qué, para qué y hacia dónde.
La naturaleza tiende al movimiento. Si contemplamos los planetas, rotan y se trasladan continuamente. Las plantas, como los humanos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. Los ríos no paran de fluir hasta llegar al mar, que a su vez se mantiene moviendo las aguas con el vaivén de las olas.
En fin, caminar es el destino de todos y cuando digo caminar, no hablo sólo a nivel físico, sino también espiritual. Quien no camina se atrofia, pierde el sentido de la vida, porque hemos nacido para estar en movimiento.
La pregunta clave es ¿A dónde iremos?, porque si no sabes a dónde vas el camino es inútil. Y hay tanta gente que está en esa situación, camina a lo loco y sin rumbo, no se ubican ni con GPS.
¿Pero cómo descubres cuál es el camino que debes seguir? Dice Joan Manuel Serrat que no hay un camino, sino que se hace camino al andar. Por tanto, cada quien va trazando su trayectoria a medida que avanza en esta vida.
Dios tiene un destino para cada uno de nosotros, pero no estamos obligados a cumplirlo, Él nos da libre albedrío para recorrerlo o no. Su voluntad siempre es perfecta y cuando caminos dentro de ella, hay un sentimiento de alegría y plenitud que nada te puede quitar. Por eso Jesús dice que Él es el camino, porque cuando caminamos en Él, encontramos la Verdad y la Vida. Cuando nos movemos dentro de la voluntad de Dios, hasta las cargas más pesadas se vuelven ligeras, porque Él, como buen Cirineo, nos ayuda a cargarlas.
Aférrate al camino de la mano de Jesús, con Él no hay peligro de extraviarse.
Más aún serás capaz de indicarle a otros por donde dirigirse en la vida para superar dificultades y problemas, siempre con la mirada fija en la meta que es la paz y alegría de la vida eterna.