DE LA PARÁLISIS A LA MOVILIDAD DEL ESPÍRITU
3 min readEVANGELIO DE HOY: 6/9/21 (Lc 6,6-11).
Seguimos en el evangelio de Lucas, desde el escenario de la misión de Jesús en Galilea. Jesús entró en la sinagoga para enseñar. Esta vez, su enseñanza no es mediante una predicación expositiva, sino desde la vida. Se parte del caso de un hombre con parálisis en el brazo derecho; el problema no era el hombre con este problema en sí; sino que escribas y fariseos estaban al acecho de Jesús para ver si lo curaba siendo día sábado. Meditemos las enseñanzas para nosotros hoy:
AL ACECHO PARA ACUSAR
- Escribas y fariseos estaban “al acecho” y buscaban “acusar” a Jesús. Es duro ir por la vida estando al acecho de las demás personas. Un corazón distraído pierde mucho tiempo. Se trata de una actitud que levanta sospecha, intriga, división y tensiona el ambiente, no crea paz. Importa que nos percatemos del fondo dañino que lleva a tal postura: el acecho busca argumentos para acusar; la intención es torcida.
- La fijación de quien está al acecho para acusar, también es una parálisis que inmoviliza la misericordia. Esto sucede cuando no se permite al Espíritu de Dios moverse a su menara compasiva, cuando se priorizan las normas y no la humanidad.
DISPONIBLE PARA LIBERAR
- Mientras unos permanecían en la acechanza, maquinando en el interior, Jesús dijo al paralítico: “Levántate y ponte ahí en medio”; ante sus palabras, el hombre se levantó y se quedó en pie. Se observa que, con su brazo también estaba paralizado su cuerpo, su mente, su dignidad.
- Jesús partió de un llamado a la conciencia: – “¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?” Aquí viene el contraste entre quienes estaban al acecho para acusar y Jesús, cuya mirada contemplativa siempre está dispuesta para rescatar y liberar. Jesús miró a los ojos de los presentes y le dijo al hombre: “Extiende el brazo”.
- El paralítico quedó restablecido. ¿Usted podría situarse en los sentimientos de este hombre que pasó de la parálisis a la movilidad; de la postración a ponerse en pie; de la marginación a la dignidad? Pues contrariamente, quienes estaban en acechanza, ante estos resultados han quedado furiosos. El bien hecho les ha enfurecido. No se pudieron alegrar. Y es duro cuando no se quiere festejar la salvación de un hermano.
Señor: en este día que recién inicia, venimos a pedirte que te acerques a nosotros con tu mirada compasiva. Dirígenos tu palabra y ven a salvarnos. Queremos presentarte nuestras parálisis, aquellas cosas o situaciones que nos impiden movernos según el ritmo del Espíritu Santo. Que no nos dejemos intimidar por quienes están al acecho, que no tengamos miedo a las falsas acusaciones. No importa si nuestro actuar provoca furia o contradicción, siempre que tenga como principio la dignidad y la salvación del ser humano, de la creación. Gracias, Señor porque nos enseñas a todos, y siempre nos enseñas.
- ¿Cuál es su opinión sobre la actitud de vivir al acecho de los demás? ¿Por qué sería una pérdida de tiempo?
- ¿Qué importancia tiene la actuación en transparencia, como Jesús, quien puso al paralítico en medio?
- ¿Cuáles “parálisis” podría presentar a Jesús para ser liberado o liberada de ellas?