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El Bautismo en América desde hace 525 años

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PRIMEROS BAUTISMOS DE AMÉRICA

El 21 de septiembre día de San Mateo Apóstol se celebra en nuestro país los 525 años de los primeros bautizados de nuestro continente. Por primera vez descendió a tierras americanas El Espíritu Santo. Gracias a la acción evangelizadora del Primer catequista de América: Ramon Pane un fraile Jerónimo que acompaño a Cristóbal Colon en su segundo viaje a La Española donde había dejado a 39 tripulantes de su primer viaje en las costas del mar Atlántico por donde arribo a nuestra Isla.

Este acontecimiento histórico tan trascendente para nuestra iglesia se enmarca en el Año Jubilar Altagraciano. El bautismo es el primer sacramento de la Iniciación cristiana. Esta Primicia aconteció en La Vega, República Dominicana donde las palabras de la formula sacramental “Yo te Bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” fueron dichas en la celebración del Bautismo del Cacique Indígena Taino Guaticaba y su familia. “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión”, dice el Catecismo de la Iglesia Católica (CCI 1213).

Recibimos la identidad cristiana de ser criaturas, hijos de Dios, hermanos de Cristo, templos del Espíritu Santo. Bautizar, del griego “baptizein”, significa “sumergir” o “introducir dentro del agua”. Esta inmersión simboliza “el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él” (CCI 1214). Somos capaces de hacer presentes a Cristo Vivo, resucitado con nuestro testimonio de vida.

Los bautizados asumimos el compromiso de ser sacerdote, profeta y rey. Sacerdote para vivir al estilo de las bienaventuranzas. Profetas para vencer al maligno anunciando el bien y denunciando el mal al estilo de Cristo y Rey al ser herederos del Reino de Dios, sabiendo ser buena noticia para nuestros semejantes. “El Bautismo es la fuente de la vida nueva en Cristo, de la cual brota toda la vida cristiana” (CCI 1254).

“El Bautismo imprime carácter (un sello espiritual indeleble) en el cristiano de su pertenencia a Cristo. Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo dar frutos de salvación (cf DS 1609-1619). El bautismo se recibe una vez y no puede ser reiterado” (CCI 1272). Por tanto, en este Jubileo todos los bautizados vamos a renovar nuestro bautismo con una gran efusión de Espíritu Santo.

Con el Bautismo se nos da la gracia sacramental que nos permite recibir los auxilios espirituales necesarios para vivir cristianamente y poder alcanzar la santidad, viviendo dentro de la Iglesia.

Guaticaba y su familia primeros en bautizarse

El cacique Guaticaba y su familia fueron los primeros en constituirse en Familia de Dios a través del bautismo en nuestra Isla. Esta familia también fue la primera en ser martirizada y ejecutada por profesar su fe.

Cuando estuvo a punto de morir exclamo: “Dios naboría daca, Dios naboría daca”, que en su lengua significaba “Yo soy siervo de Dios” (cf. Hernando Colón, Historia del Almirante, capítulo XXV)”. ¡Cuánta valentía! Necesitamos más familias como la de Juan Mateo, nombre que asumió Guaticaba al bautizarse por ser día de san Mateo y el nombre del discípulo amado y fiel de Jesús quien le acompaño hasta la cruz y llevo a casa a su Madre María al recibirla de Jesús a los pies de la cruz.

Desde la fe on Twitter: "El Bautismo es el primero de los Sacramentos de  iniciación cristiana. Lee: 10 cosas que debes saber sobre el Bautismo 👉  https://t.co/04Z6YLSbU1… https://t.co/boZEKqjnFz"

Ser bautizados es reconocer como del dolor de la cruz donde Jesús murió también tenemos la posibilidad de resucitar con El a la vida eterna y vivir iluminados como resucitados por la muerte del pecado en nosotros. La inmersión en el agua para lavarnos, muriendo al pecado para vivir en Cristo.      

Como bautizados nos hacemos miembros de su cuerpo, de su familia, Hijos de Dios. Y por tanto hijos de María nuestra Madre quien en la cruz fue la mejor herencia que Jesús nos dejó.  Durante todo este año deseamos propiciar un reencuentro de los Hijos con su Madre María de la Altagracia, San José y Jesús.    

Ser misioneros al estilo la familia de Juan Mateo quienes acompañaron a los evangelizadores a misionar a ejemplo de María la discípula misionera por excelencia imitando a toda la Sagrada Familia. Es nuestra misión como bautizados, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. (Mateo 28,19) Primero en nuestras familias como hicieron los primeros bautizados que se salvaron por el bautismo en familia.

Coincidencia con el año jubilar altagraciano.

En este año Jubilar Altagraciano la Virgen de la Altagracia y San José están llenándolo todo y haciéndose visibles para dar esperanza y gracias a sus hijos. Celebremos con gozo estos primeros bautizos y renovemos el nuestro practicando las virtudes teologales que nos confiere el bautismo: la fe, la esperanza y la caridad. Que este año sea de un gran dinamismo para nuestra Iglesia y que podamos suscitar en la sociedad la convivencia de amor que nos da Jesús en nosotros y en medio de nuestras familias.

Como bautizados estamos llamados a ser sal y luz del mundo con nuestro testimonio de vida. Ejerciendo nuestro compromiso sacerdotal. Con Jesús llegamos a la plenitud de nuestra vida y el bautismo es el primer paso en el camino a la santidad que nos ofrece la Iglesia.

¡Nuestra Señora de la Altagracia, ruega por nosotros!