«LA MUERTE NO ES TRISTE: LO TRISTE ES NO SABER VIVIR».
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LECTURAS DE HOY: 2/11/21.
Lm 3,17-26; Sal 129; Rom 6,3-9; Jn 14,1-6.
Ayer celebramos la fiesta de todos los santos. Hoy conmemoramos a todos los fieles difuntos. Es interesante cómo los santos vivieron reconciliados con la muerte porque en su vida gobernaba la fe y la confianza en Dios. Dentro de este contexto san Francisco la llamó «hermana muerte»; y santa Teresa expresó «muero porque no muero»…
Los santos creyeron en Jesús como el camino, la verdad y la vida, mucho más allá de lógica humana, más allá de apariencia física.
Las lecturas de hoy bien se aplican a esos momentos duros donde despedimos a seres muy amados:
- Se me acabaron las fuerzas,
- Estoy abatido,
- Desde lo hondo te grito…
No es nada extraño haber experimentado estos dolores y sentimientos, porque amamos y somos limitados… pero al mismo tiempo, las lecturas nos orientan el camino de salvación, el horizonte del abandono:
- La misericordia del Señor no termina,
- Se renueva cada mañana,
- Grande es su fidelidad,
- Bueno es esperar en el silencio la salvación,
- Mi alma aguarda en el Señor,
- Hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él.
Ya nos afirma el evangelio: «que no tiemble su corazón; crean en Dios y crean también en mí».
Señor: auméntanos la fe. Despierta nuestra confianza para saber que aquellos fieles que se nos han adelantado, ya gozan de la morada que con tanto amor has preparado. Y donde tú estás ellos están contigo. Danos la gracia Señor de vivir desde aquí y ahora con los mismos valores del cielo para no sentirnos extraños en la casa de los santos.
- ¿Tengo temor a la muerte, por qué?
- ¿Cómo es la nueva relación con los seres queridos que ya viven en el cielo?
- ¿Cómo voy preparando la maleta para el viaje definitivo, qué quiero llevar en ella; con qué me presentaré delante del Señor?
