4 FRASES DE JESÚS A LOS PARÁLITICOS DE TODOS LOS TIEMPOS
3 min readEVANGELIO DE HOY: 6/12/21 (Lc 5,17-26).
El evangelio hoy nos narra la curación que recibe un paralítico gracias a la persona de Jesús. En todo el acontecimiento del relato se pueden destacar las 4 frases que Jesús le dirige al enfermo en medio a la controversia que genera dicho episodio. Meditemos las enseñanzas para nuestras vidas:
“HOMBRE, TUS PECADOS ESTÁN PERDONADOS”.
Esta es la primera frase que Jesús le dice al paralítico, movido por la fe que han mostrado: al no poder acercarse a Él por el gentío que le rodeaba dentro y fuera de la casa donde estaba, sencillamente abrieron un agujero al techo de la vivienda, introduciendo al enfermo por ahí. Calcularon previamente para colocarlo justo al frente de Jesús, a sus pies. (Imagine al dueño de la casa: hospedar a Jesús tiene sus consecuencias…).
Al verlo, lo primero que Jesús dice es: “hombre, tus pecados están perdonados”. Con la referencia a “hombre” estamos todos, usted y yo. Queda evidente que el pecado (la vida sin tener en cuenta la gracia de Dios) enferma de tal modo que la persona no es capaz de valerse por ella misma. En el pasaje, el paralítico cuenta con amigos que intentan ayudarle a superar su límite. La conciencia pesada embota, tulle, estanca. Mientras que a Jesús el poder del Espíritu lo impulsaba a curar, a los fariseos, dicho testimonio les movía a refunfuñar y a renegar su autoridad. A Jesús no le detienen las críticas, se focaliza en la liberación de la persona encadenada. Y da un paso más:
“PONTE EN PIE”
Esta frase comienza con un verbo imperativo: es una orden. Jesús quita lo pecados y, al mismo tiempo, manda a pararse. Nadie, al encuentro con Jesús, queda en el suelo, tendido, como él estaba. Ponerse de pie es recuperar la dignidad. Ya no tendrá que ser llevado o conducido. La libertad que da Jesús permite a los paralíticos de todos los tiempos andar. Nada es comparable a experimentar sanación en el corazón. Dicen que la mejor almohada es una conciencia en paz (con Dios y con los hermanos).
“TOMA TU CAMILLA”
Esta frase puede simbolizar la facultad necesaria para conducirse. Si el paralítico era llevado en la camilla, ahora la camilla pasará a ser llevada por él. Es la evidencia de la sanación integral. Primero fue curado internamente, en su corazón, con el perdón de los pecados. Le invitan a un paso más, para que la sanación interior se proyecte externamente, y a la vista de todos:
“VETE A TU CASA”
Dice el relato que el paralítico tomó la camilla donde estaba tendido. Se marchó a su casa dando gloria a Dios. Cuando se da gloria a Dios por un gozo en el alma, la camilla no pesa. La cruz es ligera. Observemos que la casa que fuera lugar de “lástima”, lugar de “enfermo”, ahora se convierte en espacio de alabaza y gratitud; un lugar donde la Buena Nueva ha de difundirse, y desde donde todos han de admirarse por las maravillas del Señor.
Señor: queremos robustecer nuestras rodillas vacilantes, que podamos vencer la cobardía del corazón denunciando las faltas cometidas. Deseamos salir del confesionario saltando de alegría. Ayúdanos a que nuestras casas se conviertan en espacio de evangelización, donde todos testimonien, como dice el salmista, el encuentro de la misericordia y de la fidelidad, el beso de la paz y la justicia.
- ¿En mi vida espiritual: estoy “tendido” o estoy en “pie”?
- ¿Estoy llevando a otros “paralíticos” al encuentro con Jesús?
- ¿Dedico tiempo para observarme: cómo los pecados por dentro me paralizan por fuera?
- ¿Cuándo fue la última vez que confesé mis pecados?