Mié. Sep 18th, 2024

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VOLVER A REUNIRSE CON JESÚS

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EVANGELIO DE HOY: 5/2/22 (Mc 6,30-34).

Hoy se nos presenta a los apóstoles regresando a su punto de partida, Jesús. Él, quien los envió, ahora los recibe. Es un detalle sencillo y hermoso: “volver a reunirse con Jesús”. La delicadeza de los apóstoles se deja sentir, cuando le comparten al Maestro todo lo que habían hecho y enseñado. El orden de los verbos es significativo: “lo que hicieron”, “lo que enseñaron”.

Son acciones que muestran la unión misionera entre obras y enseñanzas. Los Doce saben que todo lo vivido en la misión no ha surgido por sus propias fuerzas, por su propia iniciativa. Ellos han dado a la gente lo que han vivido y han aprendido, con la gracia del Espíritu. Fueron canales, alcantarillados por donde el agua de vida corría para calmar la sed. El regresar a su Maestro es una señal de gratitud y respeto.

La alegría de los apóstoles se deja sentir en el texto. La felicidad cristiana nace cuando contemplamos la obra de Dios acontecer siendo uno mismo partícipe de ella. El regocijo surge cuando, a pesar de nuestras miserias, confirmamos que el Señor se ha fijado y confiado en nosotros para que su Reino se manifieste. Ya lo dijo el papa Francisco: “El corazón del apóstol no está hecho para pequeñeces”. Esos hombres, adultos en la fe, regresan como niños a casa de su padre.

Si los apóstoles estaban alegres, también tengamos en cuenta la alegría del Señor. Hay que introducirse en los sentimientos de Jesús, en la lucha que ha vivido con esos discípulos cotidianamente, en tantos intentos fracasados en la etapa de formación…. Y ahora verlos regresar de diversos lugares, habiendo llevado lo vivido y lo aprendido. Jesús tiene la iniciativa de invitarles: “vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco”.

Es una invitación que nace de la propia experiencia de Jesús. También Él se coloca en el lugar de ellos. Jesús es la fuente del descanso apostólico. Es importante reconocerlo. Al calor de Jesús se renuevan las fuerzas. Es un descanso intenso, de poco tiempo, pero bien vivido en calidad de presencia. Seguidamente, como dice la sabia canción: “mi cansancio que a otros descanse”. La gente no les dejaba reposo. Y Jesús sintió compasión. No hay vacaciones prolongadas cuando urge la llegada del Reino.

Señor: nosotros también queremos ir contigo a un lugar apartado. Deseamos contarte en intimidad todo lo que hemos vivido y las cosas que estamos enseñando. Queremos escuchar tus resonancias. Hemos aprendido de tus apóstoles a tener más delicadeza contigo. Deseamos darte el gozo de recibirnos alegres en tu misión compartida. Danos, Señor, la valentía de renovar, en tu calor, nuestras fuerzas, para que en nuestro cansancio otros puedan descansar.

  1. ¿Cuál es mi lugar de descanso?
  2. ¿Me aparto con Jesús cuando es necesario?
  3. ¿Cuáles son mis actitudes con la gente que me busca en el momento en que siento cansancio?