Distintos en la Igualdad

A propósito de la celebración del día de la fraternidad humana es propio reflexionar sobre nuestra postura ante los demás, pero sin quedarnos en la reflexión y pasando a la acción.

Fuera de nuestras creencias religiosas o corriente política de preferencia vale la pena preguntarnos ¿Acepto yo las diferencias? Y no me refiero a cambiar nuestra identidad, a negar nuestras raíces o la defensa de la patria, hago alusión al trato del otro con dignidad y respeto, a sabernos distintos pero iguales ante nuestro Creador, pues todos somos hermanos de un mismo Padre.

¡Todos somos distintos, particulares, únicos, inigualables!, por lo tanto abrirnos a conocer y tratar a otras personas y más aun de otras culturas, nos enriquece.

Podemos ser fraternos aun poseyendo distintos ideales, los cuales siempre debemos defender. Podemos ser fraternos aunque poseamos convicciones y creencias diferentes, sabiendo que el respeto al derecho ajeno es la paz.

Podemos pasar de la tolerancia o de relaciones basadas en la obtención de ganancias por un trato humano de empatía y colaboración mutua, tratando de entender las circunstancias que atraviesa mi fraterno poniéndome en su lugar, saliendo de nosotros mismos para poder comprender al hermano.

Sólo si salimos de nuestro individualismo, pasando de entender con la mente a comprender con el corazón, podremos ser capaces de vivir en fraternidad, sin perder nuestra identidad, nuestra cultura ni nuestro sentido patriótico, sin abolir las leyes que procuran el orden social y la soberanía de nuestros pueblos, podemos ser hermanos y darnos la mano, sin importar nuestro color de piel o sexo, nuestra fe, lengua o nacionalidad, ¡Que todos los hombres siendo distintos sepamos amarnos por nuestra igual dignidad huamana!