“LA SEÑAL PARA ENCOTNRAR A DIOS Y CONOCERLE ES DIOS MISMO” (Francisco de Sales).

EVANGELIO DE HOY: 14/2/22 (Mc 8,11-13)

El pasaje bíblico muestra a los fariseos discutiendo con Jesús; buscando ponerlo a prueba, le pidieron una señal del cielo. Destaquemos el verbo “discutir”, el cual evoca polémica, cerrazón… Como estaban aferrados a sus idas tradicionales sobre las cosas de Dios, la novedad de Jesús les desconcertaba y, más que esto, la echaban de lado.

Vamos a ver qué cosas aprendemos en esta reflexión… en la vida, cuando se anda con actitud de confrontación ciega, con ausencia de silencio meditativo, se escapa la oportunidad de ser iluminados por la verdad que se nos revela. Se comparte postura farisaica cuando buscamos a Dios fuera de Dios mismo. Observemos que los fariseos distraídos en exigencias estaban frente al mismo Hijo de Dios, no frente a un signo. Pero la terquedad les dejó pasar la oportunidad de encontrarse con Él.

Jesús no anda complaciendo caprichos personales, ni desprestigia su condición para satisfacer curiosidades. De manera que deja plantados a los fariseos. Para que no nos dejen plantados a nosotros Él nos invita a madurar en la fe. La oración hace madurar la fe. Cuando la persona ora diariamente las pupilas de la fe le aumentan y va descubriendo a Dios progresivamente en todas las cosas. Ya no busca signo, sino que los signos le buscan a Dios y lo unen a Él.

Cierto día, una señora entró a una Iglesia, y movida por supersticiones, preguntó al sacristán que si ahí ocurrían milagros. Él la miró con ojos fijos y le respondió: -“hermana, cada instante de la vida cotidiana es un milagro”. El evangelio nos invita a que disfrutemos los milagros que el Señor nos da a chorros, que no se nos escapen. Es una pena dejar que Jesús embarque hacia la otra orilla porque esté presente sin que le hagamos caso; nosotros buscando migajas cuando el pan está servido.

Señor: hoy queremos rezar con esas palabras del apóstol Santiago, donde dice: “En caso de que alguno de ustedes se vea falto de sabiduría, que se la pida a Dios. Dios da generosamente y sin echar en cara y Él se la dará”. Notamos, buen Jesús, que la persona sabia no pide signos, ni te pone a prueba; por eso corregiste al mismo Satanás cuando intentó provocarte. Nosotros acogemos tus enseñanzas, y te pedimos con fe, que nos aumente la gracia de descubrirte y aprovechar el tiempo contigo. Con razón dijo el santo: “La señal para encontrar a Dios y conocerle es Dios mismo”.

1. ¿Qué le pido al Señor?
2. ¿Deseo, con profunda fe, un verdadero conocimiento de Dios?
3. ¿Las cosas creadas me llevan al Creador?