“LA CRUZ ES LA PRIMERA LETRA DEL ALFABETO DE DIOS” (San Juan Pablo II)
2 min readEVANGELIO DE HOY: 18/2/22 (Mc 8,34_9,1).
En el pensamiento de san Juan Pablo II, “La cruz es la primera letra del alfabeto de Dios”; en este sentido, Jesús hoy nos alfabetiza como a niños y a niñas en la escuela de su santidad. Nos dice: “El que quiera venirse conmigo”… Seguirle es una decisión libre, que exige madurez, responsabilidad, conciencia de lo que se hace y a lo que se va…. El que quiera, aquel que desee seguir esta lógica del alfabeto divino… “que se niegue a sí mismo”…
Negarse a sí mismo trae la imagen de la renuncia del “yo”; es la opción de otra cosa que no sea uno mismo. Es mirar de corazón hacia otro horizonte que no sea el propio reflejo. Negarse es salir del interés individual, saber renunciar a lo que se tiene empuñado entre manos; es, sencillamente, el éxodo de la esclavitud a la libertad. Salir de uno mismo es dejar un vacío para que sea llenado por la cruz de Cristo.
Esta es la locura de amor a la que el Señor nos llama, desocupar el corazón de chucherías y llenarlo de la cruz de Cristo. Es la cruz del que se va gastando y consumiendo por amor. La pedagogía del seguimiento es interesante porque implica distinguir, desde atrás, el sufrimiento de Cristo y nosotros, dando pacitos, ir aprendiendo de raíz el sentido de tal sufrimiento, teniéndolo a Él como único horizonte.
¿Qué aprendemos de la cruz de Cristo? Que su peso lo genera el sufrimiento por los demás, para que los demás tengan vida en abundancia. El sufrimiento de Cristo es el de la bienaventuranza, el que está impregnado de consuelo, de vida, de resurrección, porque nunca será ignorado, defraudado, decepcionado.
Abrazar esta cruz es en el fondo, abrazar la plenitud de vida. Siguiendo a Cristo y contemplando su cruz nuestras cruces van alcanzando sentido, se van purgando. La contemplación de la cruz es escuela de humildad y santidad. Seca el egoísmo. Seca el orgullo. Seca la vanagloria. Lleva a la santidad.
Señor, nuestra oración hoy se apoya en esta expresión de san Ambrosio: “Que Cristo entre en tus pensamiento, para cerrar todos los espacios al pecado en la tienda sagrada de la virtud”.
- ¿Qué sentido tiene la cruz que estoy cargando: ella tiene el perfil de la cruz de Cristo?
- ¿Qué estoy ganando con la vida que llevo?
- ¿Me estoy economizando la vida o la estoy gastando por amor a Dios y servicio a los demás?