¿Cuántos años tiene?
3 min readCuando veo una foto de los últimos años de mi madre, que falleció en el 2019, tiendo a calcular el tiempo de vida que le quedaba, en ese momento, sin que ella ni sus hijos lo sospecháramos. Veo la imagen, reviso la fecha, y me digo: Le quedaba un año. Unas veces han sido dos años o diez meses. Lo que pretendo señalar es que, pese a encontrarse enferma, seguíamos pensando que el final de su vida se encontraba lejos.
Planes sin futuro
Esa ignorancia hace que nuestros planes hacia futuro sean casi una osadía. Dice La Biblia que debemos añadir a todo proyecto las frases “Si Dios quiere”, “Si Dios lo permite”. Lo cierto es que ni siquiera sabemos cuántos años tenemos. En las redes sociales circula un video, muy aleccionador, que pone esta realidad en evidencia. Se inicia con la habitual pregunta: “¿Cuántos años tienes?”.
El hombre que emite el mensaje alienta a quien lo ve para que diga su edad y, después, le sugiere que imagine su vida como una línea recta, desde cero hasta los 80 años. Luego, le pide que marque en la línea por dónde va ya su recorrido.
Los que no tenemos
Al hacer el ejercicio, señala un detalle, los 40, 50 o 60 años que dijimos tener, el trayecto que ya marcamos como recorrido en la línea de nuestra existencia, son los años que no tenemos, los que ya se fueron, los que ya utilizamos.
Los que nos quedan
Entonces, este señor, vuelve a recalcar su pregunta, “¿Cuántos años tienes?”, y aclara que se refiere a cuántos años disponemos para trabajar, sonreír, amar, hacer que nuestra vida valga la pena, del día de hoy en adelante. Y ofrece la respuesta correcta: “No lo sé”. Nadie sabe cuántos años tiene aún para vivir. Así como no lo sabía mi madre ni nosotros, sus hijos.
Por eso, el hombre del video manda a vivir ese tiempo corto o largo que nos queda, con alegría, con pasión. Una buena sugerencia, pero es importante tener presente que si bien nosotros no sabemos cuándo se acaba este viaje, hay alguien que sí lo sabe, desde el momento mismo en que llegamos a este mundo.
Es Dios. Si Él guía nuestros pasos, decisiones y proyectos, si clamamos para que nos ilumine y nos sostenga, no andaremos a ciegas por este sendero que se puede acabar de una manera abrupta, casi sin previo aviso. Y por más empeño que pongamos en lo que hacemos, de poco valdrá llegado el final.
La respuesta
De ahí que, en mi humilde opinión, nuestros planes, los verdaderamente importantes, deben ser capaces de prolongarse más allá de esta existencia, hasta la otra, donde Dios nos tiene preparada una morada eterna.
El proyecto al que hay que meterle todo el empeño es la salvación de nuestra alma. Una vez leí que todos nuestros actos deben estar hechos pensando en alcanzar el cielo. Si nos enfocamos en ello, el tiempo no va a constituir una preocupación, y la pregunta ¿cuántos años tienes? tampoco conllevará una incógnita amenazante porque la respuesta será: Tengo la eternidad.