Mié. Abr 24th, 2024

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Salud y aborto, otra vez la OMS.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS), que es más bien una especie de “ministerio mundial de la salud”, es un organismo perteneciente a la Organización de Naciones Unidas (ONU), y que su función o misión es gestionar políticas de prevención, promoción e intervención a nivel mundial en salud, y tiene su sede en la ciudad de Ginebra (Suiza).

Este organismo mundial acaba de emitir el mes pasado unas directrices sobre la práctica del aborto en donde recomienda que se despenalice el mismo, esgrimiendo como argumento fundamental que este paso es fundamental para la salud de las mujeres y las niñas.

En dichas recomendaciones, este organismo incluye eliminar cualquier obstáculo para el acceso al aborto y pide limitar la objeción de conciencia. Pero, más bien lo que busca es la eliminación del derecho humano a la objeción de conciencia de parte de los sanitarios implicados, eliminar los tiempos de espera obligatorios antes de practicar un aborto o la necesidad de autorización de otras personas (los padres, en caso de menores de edad).

Pero ¿qué es en realidad lo que pretende conseguir o imponer este organismo con esta resolución o recomendaciones? No podemos ser ingenuos: lo que quieren claramente, aunque lo disfracen, es la total despenalización del aborto a nivel mundial. Es un documento de unas 20 páginas, publicado en su página web oficial, bajo el título “Directrices sobre la atención para el aborto. Resumen Ejecutivo”.

Este Resumen Ejecutivo recomienda la despenalización total del aborto: “significa eliminar el aborto de todas las leyes penales, no sólo para la mujer que aborta, sino para todos los agentes participantes”, señala el documento. También dice: “No se recomienda la promulgación de leyes y otras reglamentaciones que restrinjan el aborto basándose en supuestos. Se recomienda que el aborto esté accesible a demanda de la mujer, niña u otra persona embarazada, sin la autorización de ninguna otra persona, organismo o institución”.

Sigue afirmando el organismo en este documento: “No se recomienda la promulgación de leyes y otras reglamentaciones que prohíban el aborto basándose en límites de edad gestacional”. Según este Resumen Ejecutivo: “si resulta imposible regular la objeción de conciencia de manera que se respeten, protejan y cumplan los derechos de las personas que solicitan el aborto, la objeción de conciencia en la prestación de servicio de aborto puede llegar a ser indefendible”.

Ahora ¿cuál es el alcance, a nivel mundial, de la OMS y este documento sobre la despenalización del aborto? ¿Tienen los países signatarios que obedecer sin más estas “recomendaciones” de la OMS e incluirlas en sus legislaciones?

Según el experto abogado, politólogo e investigador del Centro de Bioética, Persona y Familia, Williams Becker, dice que “un documento, con directrices, emanado de algún organismo internacional, es incapaz de generar obligaciones de legalizar y/o despenalizar el aborto: no existe tal obligación, ni por lo que diga éste ni otro documento análogo, ni por lo que diga algún dictamen de alguna comisión fundada por un tratado, etc.”. Aseguró además que “existen lobbies, grupos de interés, grandes coaliciones, muy bien articuladas y financiadas, que buscan promover estos fines y, en efecto, utilizan a las organizaciones internacionales, a los Tratados de Derechos Humanos, a los Tribunales, los Comités, para fortificar y legitimar sus demandas”.

En respuesta a este documento de la OMS, tenemos también la publicación del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, en el que deja claro las consecuencias que conllevarían estas recomendaciones si se implementan en los países.

Se pregunta este Observatorio: “¿Cómo es posible que la OMS, que tiene que velar por el establecimiento de políticas dirigidas a preservar y promover la salud de la población, defienda sin ambages el exterminio de la población más vulnerable, los no nacidos, a través del aborto sin límites? Lo defiende y lo promueve supeditando la concesión de ayudas a la aceptación de sus postulados contra la vida. No es posible la salud, que el organismo debe defender, sin la vida. Los no nacidos también tienen derecho a la salud, por lo que primero, tienen derecho a la vida”. Y sigue: “abortar no promueve la salud”.

COMPROMISO CON LA DEFENSA A LA VIDA DESDE LA CONCEPCIÓN

Pues nosotros, como Iglesia Católica y Movimiento evangelizador de la Iglesia Católica, ratificamos nuestro compromiso de fe y eclesial en la defensa, protección y promoción de toda vida humana, sobre todo, la de los más indefensos y vulnerables, – los no nacidos.

La peor guerra que la humanidad ha desencadenado contra ella misma es la guerra en el vientre materno ya que, se ataca, para eliminar, a un ser humano totalmente indefenso. Es imposible naturalizar el flagelo del aborto nombrándolo como lo que realmente es: un asesinato.

Y es que el flagelo del aborto, mientras más se le estudia y se le investiga, más se llega a la certeza de que se trata de un homicidio, y de los más crueles que exista, ya que, no garantiza en realidad, ninguna salvación ni salud, ni merma el sufrimiento, para la madre asesina.

Seguimos en nuestra lucha provida en nuestro país; y seguimos orando y luchando al lado de todos aquellos que asumen esta guerra para ser la voz de los que aguardan llegar a este mundo al ser dados a luz. Luchamos y oramos por y con nuestros legisladores que han asumido esta lucha por la protección de la vida, para que Dios les dé la fuerza, valentía y coraje de defender la vida de los más vulnerables con leyes verdaderamente justas.