Vie. Mar 29th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

En camino con la Palabra: Segundo domingo de Pascua

3 min read

Bienaventurados los que sin haber visto hayan creído.

El evangelio de este segundo domingo de pascua en el que se celebra la misericordia de Dios nos presenta la escena en la que Tomás pide ver y tocar a Jesús resucitado, representando así la síntesis de lo acontecido con aquellos que se encontraron con Jesús resucitado antes que él, pero con una invitación del Señor a superar el ver y el tocar para quedarse con la dicha de los que creen sin ver.

El Mg. Jhon Fredy Mayor, director del programa de Ciencias Bíblicas en Uniminuto, nos recuerda que los relatos de resurrección en los evangelios son catequesis para la comunidad cristiana de este acontecimiento que es centro y culmen de la experiencia del seguimiento del Señor.

El pasaje de Juan nos presenta un malentendido en el que Jesús invita a superar el miedo por medio de la paz, a lo que los discípulos deberán responder con la continuación de la obra redentora de Jesús y la confianza en Su palabra.

Jn 20,19-31

Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo:—La paz esté con ustedes.

Y dicho esto les mostró las manos y el costado.Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. Les repitió:—La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así los envío yo.Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo:—Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengan, les son retenidos.

Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron:—¡Hemos visto al Señor! Pero él les respondió:—Si no le veo en las manos la marca de los clavos, y no meto mi dedo en esa marca de los clavos y meto mi mano en el costado, no creeré.

A los ocho días, estaban otra vez dentro sus discípulos y Tomás con ellos. Aunque estaban las puertas cerradas, vino Jesús, se presentó en medio y dijo:—La paz esté con ustedes.Después le dijo a Tomás:—Trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.

Respondió Tomás y le dijo:—¡Señor mío y Dios mío! Jesús contestó:—Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído.

Muchos otros signos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este libro. Sin embargo, éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.