ESPIRITUALIDAD DEL TRABAJO:
UN SERVICIO DESDE EL AMOR A DIOS.
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EVANGELIO DE HOY: 1/5/22 (Jn 21,1-19).
El evangelio de este III domingo de Pascua nos habla de la pesca milagrosa. Nos detenemos esta vez en la triple cuestión que le hace Jesús a Pedro; vinculamos el acontecimiento con el día que celebramos hoy: San José Obrero.
Ante la triple negación de Pedro, Jesús le interroga tres veces: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. La primera pregunta comienza a confrontarlo sobre sus sentimientos hacia Jesús en comparación con los demás. Pedro no supo responder si amaba más o amaba menos, lo único que dijo es: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. A partir de esta declaración, el Señor le encomienda un trabajo, una labor, una misión cargada de fe y espiritualidad: “apacienta mis corderos”.
La segunda pregunta: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”; ya no es una pregunta comparativa, sino que apunta hacia él mismo, a su propio interior. Observemos que Jesús hizo referencia a si “lo amaba”; Pedro, siempre respondió: “… tú sabes que te quiero”. Da la impresión que no pudo amar a Jesús de la misma manera en que Dios ama. Pero, en su debilidad, en su pequeñez, con todo su ser, lo quiso. Y Jesús no pareció exigirle más de lo que el pobre Pedro pudo dar, pero sí le hizo garantizar que con todo su corazón lo llegase a amar más cada día. Y ese amor debía traducirse en el trato, en la dedicación, en la delicadeza con la cual iba a pastorear las ovejas, por segunda vez encomendadas.
La tercera interrogante sobre la misma cuestión, entristeció a Pedro. Ya no sabía de dónde sacar más. Le bastó con decir: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. Una vez organizado el corazón, Jesús les confía a sus ovejas.
La espiritualidad del trabajo tiene su fundamento bíblico iniciando por el relato del Génesis, que apunta a la labor creacional de Dios. A partir de la cual san Ignacio nos ilumina al invitarnos a: “amar a Dios”; “amar a Dios en todas las cosas”; “amar en todas las cosas a Dios”. De la misma manera en que el amor de Pedro a Jesús ha de manifestarse en la relación de él con las ovejas confiadas, así mismo, el amor que tenemos a Dios, por dentro, se testimonia por fuera, dando gloria a Él, dejando sus huellas allí donde estamos sembrados. Josemaría Escrivá de Balaguer, en este sentido, nos ha invitado a: “santificar el trabajo”; “santificarse por el trabajo”; “ayudar a que los otros se santifiquen mediante nuestro trabajo”.
Señor, en este día, bajo la intercesión de San José Obrero (un obrero con corazón de Padre), te presentamos a nuestros jóvenes, tanta juventud con talento, iniciativa, y deseos de superación, pero con pocas alternativas. También te presentamos a tantas mujeres que trabajan y se desgastan en el anonimato sin salarios ni recompensa. Mira, Señor, y ten compasión, que no seamos nosotros indiferentes. Despierta la conciencia de nuestros gobernantes para que siempre dirijan con tu juicio, prudencia y sabiduría. Y a nosotros, ayúdanos a ser creativos en la entrega. Que por donde pasemos, por el testimonio, digan: ahí está un obrero, una obrera del Señor.
- ¿Qué significa dignificar el trabajo?
- ¿Cómo puedo hacer de mi trabajo un espacio contemplativo?
- ¿Quién se beneficia de los frutos de mi trabajo?