Sacrificio

Es necesario que como padres establezcamos un sistema de compromisos y responsabilidades dónde nuestros hijos participen y contribuyan con los deberes y necesidades del hogar desde la infancia.

Arreglar su cama, fregar su plato, sacar la basura, hacer sus tareas, aportar en los gastos, niños o adolescentes, papá y mamá, todos sacrificándose porque todos vivimos y somos parte igualitaria en el hogar.

¿Llevarle la comida a los hijos? No, que la busquen. ¿Recogerles los platos y los regueros? Menos, que lo hagan ellos ¿Comprarles lo que quieren? Tampoco, que se lo ganen.

Como padres debemos involucrar y explicar a nuestros hijos cómo hacemos para ganarnos dignamente el sustento de la familia, proveyéndoles lo que necesitan y haciéndoles saber que aquello que quieren deben ganárselo por su esfuerzo y méritos para que puedan valorar las cosas; motivarlos al emprendimiento o al empleo, a superarse, a estudiar y a trabajar en aquello que les apasione pero con perseverancia y humildad.

Si queremos una sociedad de personas íntegras, responsables, capaces, que no abusan ni se sirven de los demás, líderes y empresarios que valoren su equipo, que se comprometan con el bienestar social, necesitamos educar a nuestros hijos en el valor del sacrificio desde pequeños.