Mié. Abr 24th, 2024

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Bienaventuranzas del Kempis

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Tomás de Kempis, sacerdote ale­mán escribió La Imitación de Cristo, obra que más ediciones ha tenido después de la Biblia, publicándose por primera vez en 1472 un año después de la muerte del autor.

En este pequeño libro presenta unas bien­aventuranzas, que hemos elegido por ser provechosas para la vida espiritual.

Bien­aventurado aquel:

i) a quien la verdad por sí misma enseña tal como es;
ii) que puede desviarse de todo motivo de distracción recogiéndose en una santa compunción;
iii) que renunciare a to­das las cosas que pueden agravar su concien­cia;
iv) que tiene siempre presente la hora de la muerte, y se prepara cada día a morir;
v) que conoce lo que es amar a Jesús y despre­ciarse a sí mismo por él;
vi) que se ofrece a Dios en entero sacrificio cuantas veces cele­bra;
vii) a quien el Señor enseña y le mues­tra su ley, guardándole de los días malos;
vii) cuyo verdadero consuelo proviene de dar a sentir la verdad;
viii) a quien visita en la ma­ñana, y súbitamente le prueba;
ix) que por amor a Dios desecha todas las riquezas ma­teriales;
x) aquel que crucifica los apetitos carnales con el fervor del espíritu, para que serenada su conciencia, ofrezca una oración pura, y sea digno de estar entre los coros an­gélicos, desechadas dentro y fuera de sí todas las cosas terrenas.

Así, ¡cuán bienaventurado es y cuán agra­dable a Dios el que vive tan bien, y con tanta puridad guarda su conciencia, que cada día está dispuesto a comulgar, deseoso de hacer­lo si de esta manera le conviniese y no fuese notado!