Un aniversario muy especial
5 min readConferencia del Episcopado Dominicano cumple 60 años.
Nuestros Obispos y con ellos nuestra Iglesia Católica en República Dominicana esta de fiesta.
El pasado 22 de septiembre se cumplieron 60 años de haberse creado esta institución que los agrupa como bloque y que unidos ejercen funciones específicas y muy importante en la vida espiritual de nuestro pueblo.
Antes de dedicarles unas breves palabras como comunidad episcopal, quiero abundar un poco sobre la misión de un Obispo. Nos amparamos de la etimología de su palabra, la cual procede del latín “Episcopo”, que a su vez se traduce como “vigilar”.
Podemos constatar en la Palabra de Dios que el obispo aparece muy temprano en la tradición cristiana.
En los Hechos de los Apóstoles, encontramos cómo el Apóstol San Pablo dejó a Timoteo y Tito como guías de una comunidad, para que “vigilaran” la vida cristiana de aquella comunidad.
Cada obispo en su territorio o diócesis se ocupa de esta misión.
Cuando se trata de orientar a una nación lo hacen en unidad.
Por el derecho mismo, pertenecen a la conferencia episcopal todos los obispos diocesanos del territorio y quienes se les equiparan en el derecho, así como los obispos coadjutores, los obispos auxiliares y los demás obispos titulares que, por encargo de la Santa Sede o de la conferencia episcopal, cumplen una función peculiar en el mismo territorio; pueden ser invitados también los ordinarios de otro rito, pero solo con voto consultivo, a no ser que los estatutos de la conferencia episcopal determinen otra cosa.
Podemos puntualizar entonces y como encontramos en la página web de la Conferencia del Episcopado Dominicano que en lo adelante abreviaremos como la CED, es una institución de carácter permanente, erigida por la Santa Sede, en la cual los obispos dominicanos ejercen unidos diversas funciones pastorales respecto de los fieles del territorio nacional.
Su objetivo es promover la misión y función de la Iglesia, formas y modos de apostolado como la promoción y tutela de la fe y de las costumbres, la planificación pastoral, la traducción de los libros litúrgicos, la promoción y formación de las vocaciones sacerdotales; la elaboración de materiales para la catequesis, la promoción y tutela de las universidades católicas e instituciones educativas, el compromiso ecuménico, las relaciones con las autoridades civiles, la defensa de la vida, de la paz y de los derechos humanos, la promoción de la justicia social y el uso de los medios de comunicación social.
Historia.
En el año 1954 se creó la primera “Comisión Episcopal Nacional de la República Dominicana”, con anterioridad a la 1ra. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de Río de Janeiro (1955).
Se constituye oficialmente la Conferencia del Episcopado Dominicano el 22 de septiembre de 1962, cuando la Santa Sede aprobó “ad experimentum” sus estatutos. En aquel entonces estaba formada por S.E.R. Mons. Octavio Antonio Beras Rojas †, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo; S.E.R. Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito †, Obispo de Santiago de los Caballeros; S.E.R. Mons. Francisco Panal Ramírez, O.F.M. Cap. †, Obispo de La Vega; S.E.R. Mons. Juan Félix Pepén Solimán †, Obispo de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey, y S.E.R. Mons. Tomás Francisco Reilly, C.S.S.R. †, Prelado Nullius de San Juan de la Maguana.
Es en el 1963 cuando se celebra la primera Asamblea Plenaria y en 1966 se crean las primeras Comisiones Episcopales.
Desde entonces han sido presidentes de la Conferencia del Episcopado Dominicano (1955-2020): Octavio Antonio Cardenal Beras Rojas †; Mons. Juan Antonio Flores Santana †; Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito †; Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez; Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio; Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez; Mons. Diómedes Espinal De León y Mons. Freddy Antonio De Jesús Bretón Martínez (actual).
La construcción de la actual sede de la CED comenzó en el año 2000. Su bendición e inauguración fue el 3 de julio de 2005.
Durante más de sesenta años los obispos, a través de la amplia estructura de la institución, han aportado a los mejores intereses del pueblo dominicano mediante el acompañamiento institucional en diversas causas nacionales, la creación de distintos organismos de servicio en los campos de la educación, la salud, la familia, los derechos humanos, asistencia social y espiritualidad, además de documentos de orientación de carácter pastoral y sociopolítico, como las Cartas Pastorales y los Mensajes.
Hoy miércoles 28 de septiembre en que les dedico estas líneas justo cuando se inicia la jornada de otoño de oración de 40 días por la vida evoco de manera particular el maravilloso mensaje dado por nuestros obispos en ocasión de la celebración de nuestra Independencia de fecha febrero 2021, por su particular vigencia en nuestros días. Reiteraron de forma colegiada su rechazo a la legalización del aborto.
En un comunicado de prensa de dicha fecha y en una fecha tan significativa como lo era la celebración de la independencia y soberanía del pueblo dominicano, nuestros obispos expresaron que dicha posición representa un “grito de alerta en contra de una sociedad que se organiza predominantemente sobre valores utilitaristas”.
En el documento titulado “Y al mundo mostremos que somos hermanos”, lamentaron que el mundo se encuentre ante lo que el papa Francisco denomina la “sociedad del descarte”, “donde no se considera a la persona como un valor primario que hay que amparar”.
Y como auténticos vigías de las amenazas morales que nos circundan como lo es la pretensión malsana y destructiva de la ideología de género en el Mensaje del 27 de febrero de 2018 titulado La impostergable urgencia de vivir en valores se expresaron como bloque y unidos diciendo: «Proponemos que la enseñanza siempre esté basada en las ciencias y los valores, no en la percepción ideológica. La dignidad del ser humano ante los demás es fundamento radical de igualdad entre ellos independientemente de su raza, nación, sexo, origen, cultura y clase.
Ahora bien, no intentemos dar valor a corrientes dañinas que deforman la igualdad, como la mal llamada “ideología de género”, cuando el género no es una construcción social. Como explica el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia (no. 56): la ideología de género, “presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia”.
La política de género enmascara la ideología de género que desarraiga la naturaleza humana, ignora la biología, desconociendo conceptos científicos irrefutables.
Felicitamos sobre todo agradecemos su fiel entrega y servicio orientando al pueblo de Dios a la luz del Espíritu Santo.
Les animamos a que sigan adelante en su misión por el bien de nuestras almas.