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ORILLA

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«A orillas del río Piedra me senté y lloré» es el título de un libro de Paulo Coello que habla entre otras cosas en cómo vencer los miedos.

Una orilla es el borde de algo, no es el centro. Puede implicar límites, termino, peligro. Más allá de la orilla, está el descarte, como dice el papa Francisco, la periferia existencial.

Jesús inicia su ministerio salvífico en Galilea (Mateo 4,12-23), con los descartados, los que están en la orilla del mar, con los olvidados, los que caminan a oscuras y con miedo a la muerte ; de aquellos que vivían marginados, sin sentido ni esperanza. Va a sus orillas, para  valorizarlos y llamarlos a vivir una aventura nueva junto a Él.

El margen de aquellos llamados, es el mar, son las redes, es su rutina, son sus apegos. Es el trabajo fatigoso sin sabores, intentado pescar sin encontrar nada. De vivir en automático, de forma mecánica, sin alma ni alegría. Sumergidos en las carencias de lo que nos falta.

En su libro, Coello cambia la expresión y escribe «A orillas del río Piedra me senté y sonreí…Tu amor me salva, y me devuelve los sueños».

Siente la llamada, hoy, a seguir a Aquel nos mueve de nuestra zona de confort para ir más allá de nuestra orilla, de nuestras limitaciones. Para escuchar su palabra, que nos salva y nos da plenitud. Amén.