Mar. Abr 16th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

“NO ES BUENO ESTAR SOLO”.

3 min read

LECTURAS DE HOY: 9/2/23 (Gn 2,18-25; Sal 127; Mc 7,24-30)

… “No es bueno que el hombre esté solo”; así comienza la primera lectura continuando el relato de la creación que hemos venido meditando en estos días. Esta es la constatación del mismo Dios, desde el comienzo. Ha soñado al ser humano sociable. Llama la atención, como punto de partida, que la primera compañía que Dios creó para el hombre, fueron los animales…  “modeló de la arcilla todas las bestias del campo… pájaros…”. La referencia tiene valor ecológico, pues la relación del ser humano con los animales ha de ser sana, pacífica, solidaria; como lo han venido mostrando los santos y las santas de especial sensibilidad con la naturaleza, hasta el grado de llamarlos “hermanos”, como san Francisco; o “amigos”, como san Martín de Porres a los ratones.
 
Al hombre poner nombre a los animales, se denota el grado de mayor responsabilidad ante la creación, pues éste ha sido capaz de pensar y distinguir, ejecutar y coordinar según lo querido por Dios. Y es en este raciocinio cuando el hombre constató que por más compañía que tenía con los animales “no encontraba ninguna como él”. La humanidad no estaba aún completa. El hombre sintió soledad.
 
“Dios sacó una costilla del hombre… trabajó la costilla, haciendo una mujer”. Hemos de comprender la creación del hombre y la mujer de la misma naturaleza: “huesos de mis huesos y carne de mi carne”. Es una profunda expresión, que habla de unidad, complementariedad, “sentir con el otro”; Dios le presenta y lo sorprende con una “igual”, “semejante”, “pensadora y reflexiva como él”. La humanidad estuvo completa. La altura del costado remite al corazón, al respeto, a la caridad, a la humildad, a la gratitud. Importa destacar aquí la identidad de cada uno, marcada por el amor; donde cada uno será capaz de renunciar a algo para estar unidos.
 
“Los dos estaban desnudos, pero no sentían vergüenza”. No puede haber vergüenza cuando no hay malicia. Y esto es lo que el Señor quiere de nuestras relaciones, que no tengamos vergüenza de convivir, de trabajar unidos, de ser amigos; que no tengamos vergüenza de reconocer que nos hacemos falta y nos necesitamos. Que no tengamos vergüenza de mirar a Dios por haber lastimado su obra.
 
En el evangelio se nos presenta una mujer cananea que tuvo bien claro el sentido de las relaciones y de pertenencia. Rompió barreras sociales, mentales y culturales, y no descansó hasta alcanzar de Jesús, el milagro de la sanación de su hija. No se quedó sola en su casa, aislada, lamentándose. Encontró la bendición en su vida y su familia, entrando en la dinámica de la comunión con Jesús.
 
Señor: en una sociedad donde se bombardea individualismo, aislamiento, hoy queremos repetirnos “no es bueno estar solo”. Caminar solo es duro, Señor; uno se va secando lentamente. Queremos compartir la vida, los sentimientos, los compromisos. Necesitamos crecer mientras avanzamos por los senderos. Es en la comunión donde tú mandas la bendición. Te pedimos que hombres y mujeres encontremos en ti la compañía perfecta.
 

1. ¿Cuál es la diferencia entre “tener espacios necesarios de soledad” y “estar solo”?
 
2. ¿Por qué el relato de la creación del hombre y la mujer ha sido mal usado para fomentar el machismo?
 
3. ¿Desde su experiencia de vida, por qué “no es bueno estar solo”?