Vie. Abr 19th, 2024

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Los que gobiernan la casa común

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Nuestra casa común.

Convivimos en una casa a la que llamamos planeta tierra, un globo que órbita junto a otros en la vastedad del infinito.  Pero que a diferencia de los hasta ahora conocidos, es, visto desde afuera, una esfera de azul brillante y desde dentro, una superficie de matices líquidos y terrestres de los que brotan paisajes acuáticos, espesuras, arideces, elevaciones y cimas.

A estos espacios les llamamos hábitats, porque en ellos se desarrollan conjuntos de organismos unicelulares y complejos a los que las ciencias naturales estudia desde la biología.

Sorprende observar la manera en que estos individuos compiten, primero entre sus iguales y en conjunto con otros, en el universo que conforma la biodiversidad o diversidad de vida.  Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente es  la simbiosis o dependencia entre ellos, por la cual se garantiza la continuidad de la vida.  A manera de ejemplo las especies vegetales necesitan el carbono gaseoso que le aportan las especies animales y estas, a su vez, el oxígeno que exhalan las plantas.

Mas sorprendente aun es el misterio por el cual el dueño de la casa que habitamos, su creador, haciendo uso de su voluntad Omnipotente y de su Palabra, manifiesta sobre todo lo creado, nos ha privilegiado, por sucesiones de eras y de generaciones, para que la regenteáramos y conviviéramos como huéspedes privilegiados .

El dueño de la casa, “El que Es”, porque el principio y el final subyace en si mismo, promulgó reglas individuales, colectivas y de administración social, a las que llamamos mandamientos.

Por generaciones la creatura humana, modelado del humus o barro y viviente por el soplo Divino, ha sido, desde Adam hasta nuestros días, un trasgresor recurrente de todos los mandatos del Dios Altísimo.

Los gobernantes de la Tierra.

En su afán de ser dioses, los gobernantes de la tierra olvidaron que sobre sus derechos imperan sus deberes.  Ellos que son conductores de pueblos, han roto los equilibrios naturales, propiciado leyes para que padres y madres asesinen a sus hijos, los que legislan y los responsables de la educación han propiciado culturas sexuales aberrantes, son responsables del hambre, de las muertes por guerras, ahora biológicas.

Ustedes todos, políticos, empresarios, religiosos, científicos; son responsables de retornarnos del caos en el cual, por acción u omisión nos han sumido.  Empiecen por reconocer culpas y pecados, vístanse junto al pueblo de sayal, cúbranse de cenizas.  La gloria temporal no se compara con el temor a Dios, principio de Sabiduría.