Vie. Jul 26th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

2 min read

Nadie va al Padre, sino por mí.  Si me conocen a mí, conocerán también a mi  Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta.” Jesús le replicó: “Hace tanto que estoy con ustedes, ¿Y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre, ¿Cómo dices tú, muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia.

El Padre, que permanece en mí, El mismo hace sus obras. Créanme; yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean en las obras. Se lo aseguro; el que cree en mí, también el hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre. “El Evangelio de este V domingo de Pascua, un doble mandamiento sobre la fe; el Señor dice a sus discípulos: Crean en Dios y crean también en mí. No son dos actos separados, sino un solo acto de fe, la plena adhesión a la salvación llevada a cabo por Dios Padre mediante su Hijo unigénito.

El Nuevo Testamento terminó la invisibilidad del Padre. Dios mostró su rostro, como respondió al Apóstol Felipe, Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. El Hijo de Dios, con su Encarnación, Muerte y Resurrección, nos libro del pecado para darnos la libertad de los hijos de Dios. Dios se puede ver en Cristo”. (Tomado de Rayo de Luz)

Aquí vemos claro el misterio de  la Santísima Trinidad. No son tres dioses. Uno solo en tres personas distintas. Muchas personas no comprenden, incluso San Agustín un día en una playa,  meditaba en este misterio y vio un niño echando agua con un vaso en un hoyo en la arena.  El lo vio y le dijo: ¿Niño cómo es que piensas que va a caber esa agua de mar en ese agujero? Y el niño le contestó: igual que tú para comprender ese misterio que estás tratando de comprender.

Eso lo creemos por fe, y porque nos lo han profetizado los apóstoles. Queridos hermanos, anunciar a Jesucristo: el Camino, la Verdad y la Vida, constituye la tarea principal de la Iglesia. Invoquemos a la Virgen María para que asista siempre a los pastores y a cuantos anuncian el alegre mensaje de salvación, para que la Palabra de Dios se difunda y el número de los discípulos se multiplique. Amén!