Vie. Jul 26th, 2024

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SALIO EL SEMBRADOR A SEMBRAR

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Este domingo es el XV del tiempo ordinario, y las lecturas todas tienen que ver con sembrar. Isaías en la primera lectura nos recuerda que no solo es la semilla para germinar la tierra, sino la Palabra de Dios, que no volverá vacía, sino “que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.” El Salmo “la semilla cayó en tierra buena y dio fruto.”

“Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses, que aclaman y cantan”. 

En la segunda lectura, San Pablo a los Romanos, una carta preciosa: “La creación expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios.” “Pero con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios”. (idem) Esta carta es un verdadero ejemplo de lo que nosotros los cristianos debemos vivir plenamente.

En el Evangelio, San Mateo nos narra la parábola del Sembrador. Y les dice: “El que tenga oídos para oír que oiga”. Los discípulos entonces, le preguntaron que por que les hablaba en parábolas, y Jesús les contestó: “A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple la profecía de Isaías: “Oirán con los oídos sin entender; mirarán con los ojos sin ver;  porque está embotado

el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure”.

Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír y no lo oyeron.” 

Esta parábola siempre me ha gustado leer y oír. Porque es una manera de conocer lo que El Señor quiere para nosotros, y tratar de vivirlo.  El Papa emérito Benedicto XVI  afirmó: “Es precisamente mirándonos a nosotros mismos con verdad, con sinceridad y con valentía como intuimos la belleza,  pero también la precariedad de la vida y sentimos una  insatisfacción, una inquietud que ninguna realidad concreta logra colmar.”

Gracias Señor por tu Palabra encarnada que es Jesús: Camino, verdad y vida. Ayúdame a ser fiel a tu Palabra y que ella sea luz y guía para mi vida  en toda circunstancia. María, mujer de la Palabra, dame tu intercesión para ser fiel como tú al proyecto del Reino. Amén!