La palabra

No hay limites a la palabra
aun cuando las letras
toquen el contorno de la hoja
o algunas silabas extraviadas
sea finitud a trazos que no se agotan
y el que copia ya no copia
y el que escucha ya no escucha
y el que mira ya no mira
como el circulo de las lenguas
hablan a un hombre, solo a uno, quizás
el ser finito.

En cambio, el de la palabra
Inagotable en la bastedad del que dicta
habita en aquel que halla  en la otredad el complemento
la tablilla que supera los fuegos, las trazas
mientras las paginas  pasan
en el mudar de las las eras y de los tiempos,
y se descubre en el otro
en el que es ahora
el testigo que escribe y cita
el dedo que señala  las claves, los signos
mientras devela en el barro de su hechura
la vasija que rebosa y se continua
entre lo uno y lo otro
el final que escarba el principio
la figura, los vórtices
La paz que habita en la común-unión
de lo que era y será
solo la Palabra.