Me arrebataron de la calle
3 min readAsí resumía su experiencia una persona acogida hace años en el Programa Yo También para la reinserción educativa y familiar de muchachos en situación de calle: “A mí me arrebataron de la calle y ya ven soy una persona hecha y derecha. Se me hizo difícil dejar la calle, pero lo logré”.
Fue en 1990 cuando se inició esa experiencia de apoyo a quienes no tuvieron otra opción que lanzarse a vivir en la calle, comiendo de lo que a otros les sobra o botan, bañándose si pueden y durmiendo en las aceras o cuevas del malecón; a veces oliendo cemento.
Más de 3500 muchachos han estado integrados al «Programa Yo También«, la mayoría de los cuales han vivido en la Casa de Acogida, reservada para ellos en el Barrio San Carlos. La labor altruista de jóvenes colaboradores, que han guayado la yuca trabajando las veinticuatro horas del día, ha hecho posible este milagro de solidaridad.
En esta historia de amor, Don Bosco estuvo presente desde el principio, sobre todo inspirando con su pasión apostólica y conduciendo la transformación de los muchachos a través del Sistema Preventivo, fundamentado en la razón, el amor y la fe.
El Programa Yo También ha pasado ahora a ser auspiciado por la Sociedad Salesiana, lo que le permitirá seguir garantizando una respuesta positiva para quienes han sido siempre los privilegiados de Don Bosco: los muchachos más abandonados.
La grandísima mayoría de quienes han sido acogidos en este programa son hoy gente de bien.
Baste pensar, como muestra, en los siete jóvenes que desde hace tiempo están al frente de la emisora Radio Juventus Don Bosco, como técnicos en radiodifusión diseñadores de página WEB, control master, locutores.
Ni hablar de quienes se han preparado académicamente en la universidad, logrando metas jamás pensadas.
Al momento de escribir estas líneas, dos de ellos preparan su graduación universitaria en las próximas semanas. Este programa ha acogido también desde el principio, sin acepción de origen, a jovencitos haitianos, migrantes a destiempo, debido a la dureza y limitaciones que se vive más allá de la masacre.
Es un programa en el que se demuestra que de a poquito se le puede arrebatar a la calle los menores abandonados, haciéndoles gustar el sabor de una familia a quienes no tuvieron la oportunidad de gozar de un hogar.
Mientras el mundo se entretiene con temas sin sentido, el Programa Yo También continúa arrebatándole a la calle los muchachos más abandonados, ofreciendo a la sociedad un humilde, pero hermoso gesto de amor solidario.