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7 Lecciones de Sócrates

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Los grandes hombres de la historia de la filosofía siempre tienen algo que decirnos y por eso son inmortales. Sócrates es uno de esos sabios que cuando se revisa su pensamiento surgen preguntas y reflexiones pertinentes para la vida personal y la ética pública.

De un hombre que vivió y murió de forma extraordinaria podemos aprender a ser coherentes, a confrontar ideas, a dialogar para buscar lo mejor, a ser buenos ciudadanos, a entender la política como virtud, a comprender que la democracia no puede ser demagogia y a comunicarnos de forma ética.

1. Ser coherentes:

Sócrates es un modelo de persona coherente. Vivió lo que teorizó. Por eso su mensaje fue tan impactante entre sus discípulos. A Sócrates, le deben su origen la Academia de Platón, el Liceo de Aristóteles, el estoicismo y otros grandes movimientos filosóficos que han dejado huellas en la historia.

2. Confrontar ideas:

La dialéctica de Sócrates nos invita a confrontar ideas y analizar lo que es mejor para la sociedad huyendo del relativismo que, en su exaltación de lo “conveniente”, glorifica el narcisismo y el desprecio de lo moral y lo bueno para todos.

3. Dialogar para encontrar las mejores soluciones:

De la mayéutica de Sócrates, aprendemos, desde las preguntas y el diálogo, a buscar solución a los problemas desde la participación reflexiva y la construcción común.

4. Ser buen ciudadano:

El ejemplo de vida de Sócrates nos enseña que el buen ciudadano hoy, al igual que en las polis de la Atenas de su tiempo, sigue siendo aquel que defiende y cuida su ciudad, el que respeta las leyes y ejerce un cargo público con pulcritud y honestidad.

5. La democracia no puede ser demagogia:

Sócrates nos advierte del peligro que representan para la sociedad los demagogos y embaucadores que con su retórica perversa únicamente persiguen poder para ellos mismos y sus intereses egoístas.

6. Comunicar desde la verdad, la bondad y la utilidad:

Sócrates nos invita a comunicarnos evitando la mentira, la vacuencia y el daño a otros, comunicando solo lo cierto, lo bueno y lo útil.

7. Vivir la política como camino para la virtud:

Sócrates también nos recuerda que la política no es argucia, engaño y desfachatez sino que es el camino para la virtud concretada en la justicia y el bien para el pueblo.