UN MOMENTO: Conversión.

La palabra conversión huele a cristianismo. La palabra conversión huele a fe religiosa. Pero la palabra conversión es cristiana, es religiosa y es humana. Todo el mundo necesita conversión.

Hoy recordamos la conversión de San Pablo, un perseguidor de la Iglesia. Un perseguidor de cristianos. De perseguidor a seguidor de Cristo. «¿Por qué me persigues, Pablo?» ¿Porqué perseguir a Cristo?. Hoy sucede lo mismo. Se persigue a la Iglesia. Pero no solamente se persigue a la Iglesia, se persigue muchas cosas y hay que convertirse de los errores, de las equivocaciones.

Como Pablo, que se equivocó muchas veces y hasta participó en crímenes, pero tuvo el coraje de convertirse en la vida. Hay que tener la valentía de decir yo cambio como Pablo. Yo me convierto de las malas obras que hago, de los hechos que hago. La conversión forma parte de la vida, como lo fue de San Pablo.

Hasta mañana si Dios, usted y yo lo queremos.