Vie. Jul 26th, 2024

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Mi profesor Mons. Marcano

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El Reverendo padre Santana Marcano, fue una persona especial. Poseía conocimientos extraordinarios y con él se podía pasar muchas horas hablando de temas diversos, que sabía llevar de forma muy amena.

Aparte de su carisma personal, con el cual cautivaba a quienes le conocieran, como profesional también jugó un papel sumamente importante, debido a su basta preparación, pues contaba con los siguientes títulos que avalaban su gran sabiduría: Doctor en Filosofía, Doctor en Derecho, Doctor en Derecho Canónico, además, hizo una licenciatura en Servicios Internacionales.

Era un ser humano muy agradable y jovial, meticuloso con su arreglo personal, siempre llevaba su pelo de
negro, compartía en nuestra familia, la tertulia que celebráramos todos los domingos, en las cuales se integraba, atrapando de forma muy natural la atención de las distintas generaciones que coincidíamos allí.

Su desempeño laboral, también fue desarrollado en diversas dimensiones profesionales: escribió el Compendio de Derecho Romano, en el año 2002, se desempeñó como docente de Derecho Canónico, Lógica Jurídica y Derecho Romano en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), y de Derecho Romano en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Escribió varios artículos, tales como “La envidia”: cuyo significado es “deseo de tener lo que otra persona tiene.”

También escribió “La influencia de las instituciones Romanas en el mundo occidental”, donde destaca la fundación de Roma en el año 428 y a través de la cual se declaró libre de nexos. Los nexos eran los que estaban ligados a los deudores por préstamos de dinero, y se empezó a dividir el patrimonio de la persona del deudor. Esta disposición se recoge en el código civil dominicano que dice: “La garantía del acreedor, es el patrimonio del deudor, pero no la persona del deudor, y que el primer corporal procede cuando surge la deuda de un delito, de un estelionato, de una estafa; pero no por cualquier deuda, porque el patrimonio del deudor no se debe confundir con la persona del deudor.”

El Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, al cumplir los 175 años de su fundación, entregó a un sacerdote que formó con sus cátedras a la mayoría de los hoy sacerdotes y a algunos obispos que fueron sus alumnos. Los que tuvimos el honor de recibir su catedra de Derecho Canónico, Derecho Romano durante más de tres (3) años con una exigencia que todavía muchos recordamos con agrado e igualmente evocamos su famoso decir “lo que digo lo pregunto, y lo pregunto porque lo expliqué y el que no lo sabe es porque no atendió.”

Cuando parten los que van a la presencia del Padre, nos queda un dolor de tristeza, pero permanece en nosotros su legado, dado que al ser polifacético: guardia, capellán, juez; porque como abogado podía defender, como guardia a cualquiera lo podía trancar, como juez podía anular la boda canónica; y como sacerdote, te escuchaba en la confesión, te acompañaba en el dolor y le daba seguimiento a la penitencia con amor.

Como todo ser humano, tuvo sus puntos oscuros, pero también tuvo más luces que tinieblas. Y como decía el Padre Robert Tolerano, “mis amigos no tienen defectos, pero si los tienen, para mí son virtudes”.

Santana Marcano, siempre quiso la “Casa del Sacerdote Retirado“, quizás sus reclamos fueron poco prudentes, pero que ironía, terminó sus días en una habitación del Ministerio de las Fuerzas Armadas. gracias al Comandante en Jefe, Luis Abinader Corona, Presidente Constitucional de la República Dominicana y al Ministro de Defensa, Teniente General Luciano Díaz Morfa y a todos los soldados que lo acompañaron hasta su último aliento de vida.

El autor es Coordinador. Red de Abogados Católicos (RAC).