Vie. Jul 26th, 2024

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¿A QUIÉN ESTÁS SIRVIENDO?

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EVANGELIO DE HOY: 11/11/23 (Lc 16,9-15).

El evangelio de este día hace un llamado de atención con relación al dinero. Se te pueden ir los ojos con éste, y los ojos arrastran el corazón. Cuando el dinero se filtra e invade espacio en el interior de la persona, comienza a gobernarlo. ¡Ten cuidado con el dinero! Por ser necesario y a la vez tentador, Jesús dedicó tiempo para enseñarnos cuál debe ser su lugar y su función.

El corazón no es banco para guardar dinero, porque lo transforma en arrogante. El lugar del dinero son los pobres, los necesitados, son las obras de misericordia, las obras del Reino que deben consumirlo. Cuando el Señor, en su misericordia infinita, te contempla colocando el dinero terreno en su lugar correspondiente, te brinda una sonrisa, la Santísima Trinidad te aplaude y comienza a tomarte confianza.

La carta de Pablo a los Romanos, capítulo 16, nos da la clave pastoral de cómo situarse ante el dinero. El apóstol manda cantidad de saludos a sus hermanos y hermanas en la fe, dejando presuponer el soporte económico que implica la misión. Habla de: colaboradores, trabajos, hospedaje, viajes, predicaciones, etc. El buen manejo del dinero refleja la itinerancia apostólica. Hay mucho movimiento a favor del Reino cuando se sirve al verdadero Señor. Este es el modelo de “Iglesia en salida”.

Señor: Quiero serte fiel en las cosas pequeñas, porque desde ahí puedo ejercitar la honradez. Mantén mi corazón centrado y enamorado de ti, para que desde este amor sepa situarme ante las cosas que son transitorias y necesarias. No quiero becerros de oro embelesando mi mirada ni distrayendo mi atención. No quiero intenciones torcidas, ni tampoco manejar dos agendas. Despierta mi fe, sostén mi opción. Señor, me conoces por dentro; y amas la verdad más profunda que me habita, bendícela y dame la gracia infinita de servirte en fidelidad, por siempre.

  1. ¿Te estás ganando la confianza del Señor para lo importante?

El pasaje, para referirse al dinero, se apoya en las siguientes expresiones: “injusto”, “menudo” o “pequeño”, “ajeno”, “cuando les falte (temporal)”, “amo”… Contrariamente, para hablar de las cosas de Dios utiliza: “lo importante”, “lo que vale de veras”, “lo de ustedes”, “Señor”. ¿Tú tienes conciencia de estas distinciones? ¿De quién te estás haciendo amigo? No se puede presumir delante de Dios, quien conoce a fondo nuestras intenciones.

La carta de Pablo a los Romanos, capítulo 16, nos da la clave pastoral de cómo situarse ante el dinero. El apóstol manda cantidad de saludos a sus hermanos y hermanas en la fe, dejando presuponer el soporte económico que implica la misión. Habla de: colaboradores, trabajos, hospedaje, viajes, predicaciones, etc. El buen manejo del dinero refleja la itinerancia apostólica. Hay mucho movimiento a favor del Reino cuando se sirve al verdadero Señor. Este es el modelo de “Iglesia en salida”.

Señor: Quiero serte fiel en las cosas pequeñas, porque desde ahí puedo ejercitar la honradez. Mantén mi corazón centrado y enamorado de ti, para que desde este amor sepa situarme ante las cosas que son transitorias y necesarias. No quiero becerros de oro embelesando mi mirada ni distrayendo mi atención. No quiero intenciones torcidas, ni tampoco manejar dos agendas. Despierta mi fe, sostén mi opción. Señor, me conoces por dentro; y amas la verdad más profunda que me habita, bendicela y dame la gracia infinita de servirte en fidelidad, por siempre.

  1. ¿Te estás ganando la confianza del Señor para lo importante?