AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD
3 min readCOMENTARIO A LA LITURGIA DE LA PALABRA DEL DOMINGO 19 DE ENERO, II DEL TIEMPO ORDINARIO.
“Yo esperaba con ansia al Señor; El se inclinó y escuchó mi grito; me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste, el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces, yo digo: “Aquí estoy “. Como está escrito en mi libro: “Para hacer tu voluntad”. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes.”
Este Salmo es precioso y yo lo traigo en mi boca cada día. Y es que al menos estoy tratando de hacer Tu Voluntad Señor. Es difícil, ya lo sé, Señor, ayúdame Dios mío. Este domingo es el de La Palabra de Dios. Todas las lecturas tienen que ver con el mandato del Señor de que seamos Luz de las naciones para que El sea nuestra salvación.
La primera lectura de hoy está tomada del Libro de Isaías: “El Señor me dijo: “Tu eres mi siervo, de quien estoy orgulloso”. ¡Cuánto quisiera que El Señor diga que está orgulloso de mí! ¡Cuánto quisiera que El Señor se sintiera feliz conmigo! Porque estoy tratando de hacer Su Voluntad.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le trajese a Israel – tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza-: “Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. (Idem)
En el Evangelio, San Juan nos habla de ver a Jesús y exclama: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: “Tras de mi viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. “He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre El. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre El, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.”
A veces me pregunto por qué hay tanta gente que todavía no cree que Jesús es el Hijo de Dios, y sigue pensando que es un profeta. Yo doy testimonio de El, y he visto su obra en mí. Juan es el discípulo amado y al que el propio Jesús le entregó a su Madre en la cruz, y le dijo que se la llevara a vivir con él. ¡Que gracia más grande puede ser esa! Juan da un mayor testimonio de que El es el Salvador del mundo y el que iba a venir, El Mesías, El Señor, y Aleluya!. Amén!
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