Vie. Abr 26th, 2024

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LA VALÍA DE UNA PLUMA

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Recuerdo que con diez años anhelaba estudiar periodismo. Acunaba la idea de poder ser uno de aquellos que informaban a la nación de lo que ocurría a diario en las calles. Ya sentía, en cada fantaseo, el calor de los focos de un estudio, y hasta el cansancio se apoderaba de mis manos al pensarme escribiendo cualquier informe de gran extensión.

Su estrategia.

El día de hoy, la Iglesia en sus ritos recuerda a San Francisco de Sales, considerado Patrono de los Escritores y Periodistas, título que hubo merecido por su labor evangelizadora, aferrada a estrategias meramente periodísticas. Hacía llegar a las personas, sobre todo a los que se habían dejado domar por el protestantismo, sus homilías y opiniones acerca de ciertos fundamentos de fe.

Por las noches, luego de haber manuscrito, junto a sus fieles, una vasta cantidad de copias, deslizaba por debajo de las puertas los panfletos que contenían la razón de la conversión de muchos en el Chablais. Definitivamente, la creatividad de San Francisco no tuvo freno, y así, incluso siendo obispo de Ginebra, no detuvo su escritura.

Además de “Controversias”, que eran los panfletos que distribuía, de Sales conservamos “Defensa del estandarte de la cruz” y “Virtud de la señal de la cruz”, que centran al lector en el misterio de la misma y por qué y cómo ha de ser venerada. “Consideración sencilla sobre el Símbolo de los Apóstoles”, “Tratado del amor de Dios” entre otros escritos del santo nos hacen elevarnos a pesar de las caídas y reavivan en nuestros corazones la fe cristiana.

Pienso que, de seguro San Francisco de Sales sintió el cansancio de las manos que yo tanto imaginaba de pequeño; la luna fue el foco que alumbraba su espalda al agacharse, para atravesar con su cuartilla las hendiduras de los hogares que quería ganar para Dios.

Gorriones de los diarios.

El riesgo que tomó este santo le mereció el título que ostenta. ¿Qué hacemos quienes gozamos de su patrocinio? El periodista, que se nombra a sí mismo “informante del pueblo”, se ha quedado sin noticias y nutre de desnutrición informativa a los que le escuchan y leen. La prensa se ha curtido, y dejando en el pretérito su transparencia, se tiñe de rojo, amarillo y rosa. Los que son “la voz de quienes no tienen voz” han detenido sus discursos, y aquellos que prosiguen sólo callan a los que tienen voz.

Mercedes Sosa quedó corta cuando dijo: “Si se calla el cantor se quedan solos los humildes gorriones de los diarios”. Además de que el cantor se ha quedado sumergido en canciones de amor morboso y en la actividad denigratoria diversa, los gorriones de los diarios han quedado más que solos, son quizás dirigidos por marionetas de la cúspide estatal. ¡Al menos no vivimos en una dictadura!

Los escritores han optado por dibujar entre sus palabras paisajes ya enmarcados, hacen réplica de las mismas realidades y los valores van siendo devorados por un argumento fácil y manoseado. El temor se apodera de los teclados y la esencia del escritor se oculta entre la bruma mutilando su creatividad por el temor de quedar al descubierto. Hace falta la sinceridad en los interlineados y el coraje de quien expone sus ideas en el papel o en el espacio digital.

Que sea el mismo San Francisco de Sales, Patrono de los Periodistas y los Escritores, quien guíe nuestra pluma, para que nunca pierda su valía, y que dejemos en cada texto al que damos existencia, la marca de nuestro ser, de nuestra conciencia y nuestra convicción. ¡Que no calle el cantor, y que el gorrión firme sus artículos con las iniciales de su vocación y sus deseos de construir, paso a paso, una sociedad rica en valores!

Referencias:

https://www.rioja2.com/n-108710-2-por-que-san-francisco-de-sales-es-el-patron-de-los-periodistas/
https://es.catholic.net/op/articulos/50213/cat/160/patrono-de-periodistas-san-francisco-de-sales.html
http://www.vatican.va/content/pius-xi/it/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_26011923_rerum-omnium-perturbationem.html