Vie. Mar 29th, 2024

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Sagrados Corazones de Jesús y de María

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Dos corazones que laten juntos.

Hoy pretendemos, a pesar de nuestras limitaciones, abundar un poco sobre el Corazón más grande que existe, el que encierra en su interior a todos los corazones y el que en el tiempo de su existencia sobre la tierra, se entregó por amor hacia nosotros hasta morir en una cruz. Nos referimos, al Corazón de Jesús. Pero  no podemos hablar solamente del Corazón de Jesús sin hablar del corazón de su Madre María porque los dos están íntimamente ligados.

Iniciamos con el Sagrado Corazón de Jesús.

Este corazón está impregnado del Amor infinito, del que es capaz de transformar de forma radical y feliz a todo el que le es próximo, con las particularidades especiales de que no es excluyente, por el contrario nos ama a todos sin condiciones y nos espera continuamente, a cada momento para colmarnos de su amor.

Y es que el amor es activo, nunca está ocioso. Siempre busca la forma de agradar al que ama, de sanarle, y animarle.

El corazón de Jesús es infinitamente compasivo, como vemos en las bellas paginas del Evangelio y en nuestra propia vida. Sólo basta conocerle, interesarse por Él, por corresponder a su amor.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.

Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.

Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.

Debemos vivir recordándolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades…)

Origen de la devoción.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene su origen en la manifestación dada a Santa Margarita María de Alacoque,  quien también le fue revelada las infinitas bondades de amar al Sagrado Corazón de María y es que según Santa Margarita María de Alacocque, la devoción al Sagrado Corazón es el último esfuerzo de la misericordia divina en favor de los hombres que se descarrían. Para aprovecharlo, es conveniente recurrir a Nuestra Señora, “refugio de los pecadores”. De hecho, ella es el instrumento más perfecto de la misericordia divina para facilitar y amortiguar el regreso de los pecadores a lo largo del duro camino del arrepentimiento y la conversión. Como Jesús mismo, desde lo alto de la Cruz, confió a sus fieles a la solicitud de su Madre, así podemos confiar en el Corazón de María, perfectamente en línea con el del Redentor.

A raíz de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia celebra la fiesta del Inmaculado Corazón de María.
Santa Margarita María solía recitar esta breve oración: “Oh divino Corazón de Jesús que vives en el Corazón de María, te adoro y te amo, y te suplico que vivas y reines en todos los corazones”.