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Las Antífonas Mayores de Adviento (Antifonas Oh).

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La palabra «Parousía», en griego, se traducía por la palabra «Adventus», en latín. Ambas se podrían traducir por «venida, llegada, entrada solemne». En la corte imperial, Parusía-Adventus, designaba la primera visita oficial de un personaje importante (Emperador o embajador de otro reino), con la solemne toma de posesión de su cargo.

Los primeros escritos cristianos emplean esta palabra, tanto en griego como en latín, para designar la llegada de  Cristo entre los hombres. Tanto la llegada en la carne, que inaugura los tiempos mesiánicos, como la llegada gloriosa, al final de los tiempos, que coronará la obra redentora al fin del mundo.

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Con el tiempo, hemos conservado la palabra griega (parusía), para nombrar la manifestación gloriosa de Cristo al final de los tiempos y la palabra latina (adviento) para designar el tiempo litúrgico anterior a la Navidad.

El 17 de diciembre era el día inicial del Adviento, según el concilio de Zaragoza (380). La Iglesia romana conservó esta fecha para comenzar el canto cotidiano de las antífonas propias para la preparación de Navidad, antífonas que comienzan por “O” (en latín, en español por “Oh”) y van seguidas por los títulos divinos del Verbo encarnado.

Antifonas mayores

Son llamadas «antífonas mayores» y fueron compuestas en el siglo VII. Se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia. Son un magnífico compendio de la cristología y, a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia del N.T.

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Las antífonas de la O son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23 de diciembre.

Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y, también son, una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento del Salvador.

Se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación «O», en castellano «Oh». Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre: «Oh».

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Cada antífona empieza por una exclamación, «Oh», seguida de un título mesiánico tomado del A.T., pero entendido con la plenitud del N.T. Es una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y termina siempre con una súplica: «ven» y no tardes más.

O Sapientia = sabiduría, Palabra / O Adonai = Señor poderoso/O Radix = raíz, renuevo de Jesé (padre de David)/O Clavis = llave de David, que abre y cierra/ O Oriens = oriente, sol, luz/ O Rex = rey de paz/ O Emmanuel = Dios-con-nosotros.

Nota:

Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la «O», dan el acróstico «ero cras», que significa «seré mañana, vendré mañana», que es como la respuesta del Mesías a la súplica de sus fieles.

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Se cantan antes y después del Magnificat en las Vísperas de estos siete días, del 17 al 23 de diciembre, y también, un tanto resumidas, como versículo del aleluya antes del evangelio de la Misa.

Día 17: “Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación”.

Día 18: “Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de tu brazo”.

Día 19: ” Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, ven a librarnos, no tardes más”.

Día 20: “Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte”.

Día 21: ” Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte”.

Día 22: ” Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la  tierra”.

Día 23: ” Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro”