¡Cállate Chichí!
2 min read¡Ay Chichí!, qué difícil es el amor, pero más difícil es expresar correctamente los sentimientos que llevamos dentro. Y no hablo sólo del amor romántico, porque cuántos padres titubean para dar un abrazo a sus hijos, cuántos hermanos se pelean por herencias y rompen el vínculo del amor fraterno o cuántas personas se lamentan porque perdieron un ser querido a quien nunca le dijeron un “te quiero”. Pero hay un idioma universal que todos conocemos donde el amor se expresa con facilidad, a veces hasta sin palabras, y ese idioma es la música.
La música llena las horas de palabras bonitas, emociones, amores y desamores. Hasta las guitarras lloran cuando hablan de un corazón destrozado. Y es que la música nos da un cierto sentido de desahogo, que nos lleva a la serenidad.
Claro, están también esos ruidos que por ignorancia llaman música, pero que sólo alteran la calma, crean desasosiego, llevan un mensaje de antivalores donde se denigra a la mujer y se enaltece el dinero, la violencia y la fama, dejando como fruto una aparente euforia momentánea que termina en vicios y depresión. No juzgo los gustos de nadie, hay que saber escucharlo todo, pero quedarse sólo con lo bueno.
Aquellos que se encuentran radicalmente perdidos y no saben qué hacer, acérquense a la buena música, especialmente a esa que lleva alabanzas al Creador, porque dicen por ahí que el que canta ora dos veces. De manera, que de tanto cantarle al Señor, nos elevemos en el espíritu y maduremos en la fe.
Quien llena sus momentos con cantos inspiradores, va ganando terreno en el cielo, la canción se vuelve oración y la oración se eleva como un cántico de amor a Dios.
Y si de cánticos se trata, hay uno que brilla con alto esplendor. Uno, en el que los sentimientos más nobles y puros, son escritos de manera poética de la más alta calidad, se trata de un canto que celebra el amor, el Cantar de los Cantares.
En fin, canta, canta a todo pulmón, cántales a tus seres queridos, cántale al amor mismo, verás como todo en la vida será mejor.
¡Así que ya cállate Chichí, que vamos a cantar!