JESÚS RESUCITADO BREGANDO CON LEÑA PARA DAR DE COMER A SUS DISCÍPULOS

EVANGELIO DE HOY: 9/4/21 (Jn 21,1-14).

El evangelio de hoy deja claro que el servicio no ensucia, sino que revela aún más el modo de Dios. Y el modo de Dios, según el texto, también implica:

1. Estar cerca, pendiente, vigilante, y confrontar a los discípulos con la propia realidad:

– «¿Tienen pescado?». El «no» es la respuesta. El milagro comienza con la sinceridad.

Tenga en cuenta que el número de los discípulos esta vez son «siete», lo que hace pensar en la totalidad inclusiva de nosotros, hoy, a quienes también el Señor nos pregunta «¿cómo están nuestras redes?».

2. Orientar, dirigir la barca…

«Echen la red a la derecha y encontrarán»…

Medite en la actitud de esos expertos pescadores, toda una noche de esfuerzos frustrados… desanimados y pesimistas… pero, a pesar de todo, obedientes… dóciles, disponiéndose a un nuevo intento… El milagro también supone «la humildad de dejarse conducir».

3. Amar sirviendo: ¿Cómo prepararía el Señor los pescados para dar de comer a sus discípulos?

Los detalles del Señor: aparecerse en la orilla, estar pendiente, presuponer el hambre de los suyos, bregar con leña Resucitado, adelantarse, preveer; tanta delicadeza, sencillez, determinación, resultados… abrieron el entendimiento de los discípulos. No se atrevieron a preguntar más:

«ES EL SEÑOR»…

Reconocen a Jesús Resucitado, no por su rostro histórico, sino por su manera de ser y actuar.

Comer con Jesús a la orilla de la playa es compartir el proyecto de la Santísima Trinidad. Dejarse amar por Él sana: para pescar con pasión en una misma barca, con un solo Maestro.

Señor: a nosotros nos queda, saltar al agua siguiendo tu voz…donde las brasas nos esperan para estar contigo y enviarnos a pescar hombres y mujeres, según tus orientaciones y tu manera.

☆¿Cómo están nuestras redes? El milagro comienza con la sinceridad.

Reflexión diaria de la hermana Ángela Cabrera.