Vie. Abr 19th, 2024

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Santidad fingida

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¿Qué es la santidad? No se trata solo de los santos que han obrado bien y de haber orientado su vocación hacia Dios, sino la tenacidad con la cual nos dejamos fascinar por Dios y su voluntad. 

Por tanto, la santidad no es solo privilegio, sino una vocación que parte del bautismo, don que viene de Dios, y no un premio de excelencia, cuya impronta está, en dejarse moldear en todas las acciones y pensamientos de cada día.

Se trata, del cumplimiento de la voluntad de Dios, de una llamada exigente, de separarse de lo secular y dedicarse al servicio de Dios, identificándose con su santidad, separándose de todo lo malo. Una santidad que es subjetiva en esencia por la posesión de la gracia divina, y moralmente por la práctica de la virtud.

Pero, esta santidad puede ser fingida, si tomamos como referencia lo escrito por Gregorio Delgado del Rio, que expone la cruda verdad de los escándalos clericales en los últimos tiempos, y la complicidad en la ocultación de obispos, algunas conferencias episcopales y la curia romana, siendo el papa Francisco que ha dado la pauta con la implantación de un principio esencial: “la verdad es la verdad y no debemos esconderla”. 

Así, el papa Francisco trata los casos de abuso sexual de menores en la Iglesia, ofreciendo un manual del procedimiento a seguir sobre investigar los casos de presunto abuso sexual de menores de edad dentro de la Iglesia.

En verdad, no se comprende el título de curas a determinados “religiosos”, si como dice Alberto Cortez, “porque le llaman cura, si es la misma enfermedad”.