LA IGLESIA QUE CONOCEMOS

Sentimos a cristo en nuestros corazones y a la Santa Madre Iglesia como ambiente idóneo para comulgar y apreciar como un todo la infinita grandeza del señor.

La iglesia que conocemos es en principio única e indivisible por qué fue creada por Dios y jamás mortal alguno podrá vulnerar tanta fortaleza dialéctica y moral.

La madre Teresa de Calcuta, fray Antón de Montesinos, San Juan Bosco, entre otros, sirven para ilustrar, por ejemplo, la belleza del buen comportamiento, porque lejos de violar las normas del señor abrazaron con amor a niños y niñas de su entorno y con su ejemplo enarbolaron el valor de la pureza y buena voluntad.

En nuestro país hay numerosos sacerdotes y hermanos de la caridad, dignos de respeto y admiración, tanto como el luminoso paradigma que estimular a decir, que no es la iglesia la que viola o estupra, sino los descarriados e indignos.

Lamentamos, ciertamente, que el drama que hoy sufre Santa Madre Iglesia revienta el alma colectiva y tal cosa merece el castigo de los jueces de la tierra y el juicio implacable del señor.

Sin embargo, vale repetir que la iglesia que conocemos es limpia y jamás ha protegido sectores abdominales y no creemos que tengan que hacerlo ahora justo ese momento que demanda poner las cosas en el lugar correcto.

Basta recordar que, si la gloria es para lo bueno, igualmente ha de ser para los que juzgan sin rencor y de ahí es que en estas anotaciones están esencialmente configuradas en el discurso del papa Francisco al deplorar las opiniones cargada de ligerezas y desconsideraciones.

Por ejemplo, la iglesia ha sido autocrítica al admitir errores y barbaridades cometidas por sacerdotes y que hoy colocan a la entidad eclesiástica en una apurada situación.

Obsérvese no obstante que las organizaciones de las Naciones Unidas, (ONU) y a las plagas de amanuenses enquistadas en ONGs, a escala mundial, es que no le ha resultado tan fácilmente escupir a la Iglesia Católica sin recibir respuestas por cuanto el Vaticano ha imputado a los citados organismos horrendos crímenes de lesa humanidad.

Entonces, si la justicia mundial pudiera establecer responsabilidades tan parejas, como la redondez de la verdad.

La ONU, un refugio de corruptos y escándalos. Se «desmorona» la integridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual se ha convertido en una especie de refugio para funcionarios involucrados en graves casos de corrupción.

Fue en 2015 cuando se destapó uno de los más grandes casos de corrupción en la historia de la ONU, pues John Ashe, diplomático de Antigua y Barbuda y expresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue detenido en Nueva York tras aceptar sobornos de empresarios chinos.

A todo esto, se suma el escándalo internacional de casos de abuso sexual al interior del organismo. Luego de una investigación que se divulgó por The Guardián en la que se señala a la ONU de permitir la proliferación de casos de acoso y agresión sexual contra sus empleadas en sus oficinas de todo el mundo.
El periódico británico entrevistó a docenas de trabajadores y exempleados de la organización, quienes describieron una «cultura del silencio» dentro de su estructura. Según la investigación, a pesar de las denuncias, todos los supuestos agresores continúan en sus puestos de trabajo.