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¡VINO A SU CASA!:SIETE PREGUNTAS SOBRE LA VENIDA DEL NIÑO DIOS.

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MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY: 25/12/23 (Jn 1,1-18).

La puerta de entrada al evangelio de Juan, nos habla del gran misterio que celebramos hoy: la encarnación del Hijo de Dios. De Él se dice que “Vino a su casa”. El pasaje permite formular y responder algunas preguntas:

  1. ¿Quién vino? Jesús existía desde siempre. Pero antes de venir a nuestra tierra, a nuestra carne, era identificado como la “Palabra”. El significado de esta es “hecho”, “acontecimiento”, “creación”, “verdad”… La Palabra estaba junto a Dios y era Dios; distintos e inseparables. Cuando acoges al Niño Jesús, estás acogiendo al mismo Dios.
  2. ¿Cómo era su existencia? … Mediante la Palabra todo se hizo. Ella inspiró y acompañó toda la creación. No por casualidad se afirma que, con la encarnación, la Palabra vino a su casa. Todo fue creado por Ella y para Ella, sin la cual nada se hizo. Cuando acoges al Niño Jesús, le permites que haga de ti una nueva creación.
  3. ¿Qué había en la Palabra? Había vida, y la vida era luz para la humanidad. Sin esta vida todo era tiniebla. Pero, hay quienes, acostumbrados a la oscuridad, cerraron sus ojos a la luz. Por eso, se afirma que no la recibieron. Cuando acoges al Niño Jesús, la noche de tu corazón contempla su amanecer.
  4. ¿Cómo preparó su venida? El texto nos menciona a Juan, testigo de la luz que, sin ser luz, la dio a conocer. Juan fue el enviado a preparar el camino para que todo ser humano fuese alumbrado por la Luz verdadera. Cuando acoges al Niño Jesús, también tienen acogida, en tu vida, todos sus mensajeros.
  5. ¿A dónde vino? Afirma el pasaje que vino a su casa y los suyos no la recibieron. O sea, que tú y yo fuimos creados para Él. Tú eres su casa. Tu corazón es su morada. Si lo recibes, tienes una nueva vida como hijo o hija de Dios. Cuando acoges al Niño Jesús, naces con Él a una nueva vida, una nueva manera de ser y comprender todo cuanto existe y te rodea, desde la fe, la esperanza y la caridad.
  6. ¿Por qué se hizo carne? Era la mejor manera de hacernos hijos e hijas de Dios. Él bajó para enseñarnos a subir, como hermano mayor de muchos hermanos. Cuando se afirma que la Palabra se hizo “carne”, no dudes en aceptar que tú eres carne de Cristo. Donde tú estás ahí está Él. Donde está tu prójimo, ahí está la carne de Cristo. Él acampó entre nosotros. Esta carne no pocas veces está amenazada en los barrios, en las migraciones, en los hospitales, en medio del lodo y del bullicio de la gente… Cuando acoges al Niño Jesús, tu carne siente con su carne. Te solidarizas con los cuerpos sufrientes en los que el Señor también sufre.
  7. ¿Cuál es la mejor manera de recibirlo? Sé consciente de quién es que ha llegado a tu vida, en esta Navidad. Recibe de Él gracia tras gracia. Que Él sea tu verdad. Él te revela, en comunidad cristiana, todo lo necesario para ser auténticamente santo y feliz, con los pies en la tierra, comprometido con esta historia. Cuando acoges al Niño Jesús, también acoges todo lo que Él te da a conocer, para que descubras a Dios en todas las cosas.