Lo reconocieron al partir el pan
2 min read
Camino de Emaús una aldea distante unas dos leguas de Jerusalén, dos discípulos de Jesús iban comentando todo lo que había sucedido, y se les presentó Jesús para preguntarles ¿Qué conversación es esa que tienen? Uno de ellos, Cleofás, le replicó: “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?”.
Él les preguntó “¿Qué”? ellos le contestaron. Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que Él fuera el futuro liberador de Israel.
Y ya ves; hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres, pero a El no lo vieron.”
Entonces Jesús les dijo: “¡Que necios y torpes son para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en la gloria?”. Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a Él en toda la Escritura.
Publicación en el Listín Diario aquí