Mar. Abr 16th, 2024

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Dedicación de la archibasílica de San Juan de Letrán.

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COLABORACIÓN DEL P. CARLOS ABREU DESDE ROMA.

Dedicación de la archibasílica de San Juan de Letrán.

«Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo» (1 Pedro 2,4-5)

Cuando se construye un templo, un edificio para congregar al pueblo de Dios y celebrar los sagrados misterios, debe dedicarse con una solemne celebración.

La iglesia que se dedica debe tener un titular, que puede ser la Santísima Trinidad, nuestro Señor Jesucristo (bajo la invocación de un misterio de su vida o de un nombre ya introducido en la Liturgia), el Espíritu Santo, la Bienaventurada Virgen María (bajo una de las advocaciones admitidas en la Liturgia), los santos Ángeles, o un santo que figure en el Martirologio Romano.

La Archibasílica Papal del Santísimo Salvador del Mundo, y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán, más conocida como Archibasílica de San Juan de Letrán, es la catedral más antigua de Roma (año 324). Está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más conocida con el nombre de San Juan, por estar dedicada a los dos santos principales que llevan este nombre. Posee también el título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra), por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el papa.  Allí se encuentran sepultados 22 papas.

El ara de este altar es una losa que, según la tradición, es la misma que usaban san Pedro y los primeros papas al celebrar la misa. Sobre el altar hay un baldaquino con un relicario en el que se conservan las cabezas de san Pedro y san Pablo.