MANSOS, NO MENSOS
1 min readAún a riesgo de parecer ingenuos, ser mansos implica la decisión de no usar la violencia para obtener lo esperado. Ahora bien, los mansos no son los blandos ni los amorfos, la mansedumbre implica firmeza de carácter. Ni se trata de indiferencia o apatía, tampoco costumbre de transigir ante razonamientos o pretensiones ajenas, para cobardemente evitar “incidentes”.
“El que es valiente es libre”, porque nada lo ata, ni se deja vencer ante actos represivos.
“La ausencia de miedo es el primer requisito de la espiritualidad. Los cobardes nunca pueden ser morales, no están dispuestos a perder algo o pasarlo mal por sentido del deber. No pueden ser justos porque no son capaces de enfrentarse con las injusticias y con los injustos”.
La mansedumbre es una virtud y, por tanto, un acto de fortaleza.