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EL ESPÍRITU NOS TRAE EL COMPLEMENTO: DE «LA COMPRENSIÓN AL TESTIMONIO DE FE».

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EVANGELIO DE HOY: 17/5/21 (Jn 16,29-33).

El evangelio hoy nos muestra un diálogo entre Jesús y sus discípulos. Éste diálogo, en el contexto de preparación a la gran fiesta de Pentecostés, nos puede provocar las siguientes reflexiones:

  1. CON LA LUZ ESPÍRITU SE PASA DE LA «NO COMPRENSIÓN» AL ENTENDIMIENTO DE LAS PALABRAS DE JESÚS.

Los discípulos dicen a Jesús: «ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones». Las comparaciones de Jesús para hablar de las cosas del Reino, parten de su deseo de ser entendido. Cuando ya no emplea ese método, es porque sus discípulos han madurado, no por ellos mismos, sino por la fuerza del Espíritu en Jesús, y que también actúa en ellos, aún parcialmente.

La falta de preguntas de los discípulos a Jesús, muestra que todo ha quedado claro. Y desde esta claridad afirman: «creemos que saliste de Dios»…

Pero la cosa no es tan sencilla: los discípulos han de pasar de la comprensión y el entendimiento a la práctica de vida:

  1. CON LA FUERZA DEL ESPÍRITU SE PASA DEL ENTENDIMIENTO AL TESTIMONIO/MARTIRIO

Observe que los mismos discípulos parecen situarse, ellos mismos, «adelantados» en la fe. Jesús les cuestiona: «¿Ahora creen?.. está para llegar la hora… en que se disperse cada cual por su lado y me dejen solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre.»

Esto recuerda un pasaje de Santa Teresa de Jesús cuando habla que «toda virtud, antes de considerarse propia, necesita ser probada».

… salir corriendo, en medio de la tribulación, es señal de que aún falta la fuerza del Espíritu. Dejar a Jesús sólo, en medio de la cruz, es indicio de que falta Espíritu. Hacer profesión de fe, sin testimonio, es ausencia del Espíritu…

En este aspecto, tiene sentido, volver a recuperar ese diálogo, que antecede a la pasión del Señor…. pues deja claro que sin Espíritu somos miedosos e incapaces de seguir a Jesús con la dignidad de nuestra vocación.

Señor, tú sabes las luchas que tenemos que afrontar cada día. Muchas fuerzas contrarias a tu voluntad nos atacan… mándanos tu Espíritu para que ni siquiera nos distraigan… que sean éstas pequeñas lagartijas que se pasean inofensivas por nuestra casa. Es duro, Seño, vivir en terquedad, sin entender lo que se nos dice… deseamos que la luz de tu Espíritu nos ilumine, aunque pasemos vergüenza grande, al tomar conciencia de las tonterías que hemos cometido. Asistenos con tu Espíritu.

☆¿En este momento de mi vida: estoy en teoría sobre la fe o la testimonio con humildad?

☆¿Qué sentido tiene testimoniar la fe con humildad? ¿Dónde mana la fuerza del testimonio?

☆¿Estoy pidiendo bien? ¿Estoy pidiendo Espíritu Santo para mi, para la familia, para la Iglesia, para la sociedad?