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MUCHAS COSAS DICE LA GENTE: ¿QUÉ DICE DIOS?

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EVANGELIO DE HOY: 4/6/21 (Mc 12,35-37)

El evangelio de hoy nos muestra a Jesús enseñando en el templo: “¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David?..”. Jesús hace una pregunta, a manera correctiva. Para clarificarles, recurre a las mismas palabras de David cuando, inspirado, expresó: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies”. Jesús, luego de citarles el Salmo 110,1; les clarifica que, si el mismo David le llama “Señor”, no puede ser hijo suyo. De su sabia lección, ¿qué aprendemos nosotros?:

MUCHAS COSAS DICE LA GENTE: ¿QUÉ DICE DIOS?

Jesús nos enseña a tener una identidad clara, a saber nuestro origen, a cultivar una plena conciencia de saber quiénes somos y a quién pertenecemos. La firme raíz que soporta la identidad de Jesús hace que ésta no se flaquee con comentarios; con paciencia pedagógica, demuestra las contradicciones de los planteamientos sobre su origen. “Dijo el Señor a mi Señor”; o sea, David ha tenido una inspiración mesiánica, futura: es el Padre quien le dice al Hijo. El Hijo, sólo escucha lo que dice el Padre, y sigue su voz. El Padre, por su parte, tiene palabras y actitudes de especial distinción para el Hijo: sentarlo a la derecha, como gesto de respaldo incondicional en el proyecto de salvación compartido.

DIOS, COMO PADRE, ASUME RESPONSABLEMENTE LA CAUSA DE LOS HIJOS Y LAS HIJAS

Si Jesús tiene conciencia de ser Hijo, el Padre tiene conciencia de ser Padre. Este vínculo indivisible hace que ambos, unidos por la fuerza del Espíritu Santo, asuman una misma causa: el Reino de Dios. Todo lo que hace el Hijo, no es invento propio. El Padre no lo deja solo. Lo respalda. De ahí nace la confianza total. El abandono. Queda evidente a dónde pararán quienes se opongan a tal proyecto, asumido por el Hijo radicalmente; terminarán como alfombra de sus pies, porque el Reino va. Esto nos enseña que cuando trabajamos por las cosas de Dios, hemos de tener total abandono y confianza. Si tenemos conciencia de ser sus hijos y sus hijas; Dios tiene mejor memoria/entrañas para saber que es nuestro Padre.

Dios nuestro: ayúdanos a caminar hacia ti, con sinceridad de corazón. Queremos cultivar nuestro sentido de pertenecerte. Que los ruidos externos e internos no diluyan nuestra identidad. Necesitamos abandonarnos en ti. Tú eres nuestro Padre.

  • ¿Cuáles voces externas o internas amenazan mi identidad de hijo o hija?
  • ¿Cuál es mi actitud ante las múltiples voces que recibo cotidianamente?
  • ¿En quién he puesto mi confianza?