Sáb. Sep 7th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

MARTIRIO DE JUAN BAUTISTA: Y LA FUERZA DE LA VERDAD EN NUESTRAS VIDAS.

2 min read

EVANGELIO DE HOY: 29/8/22 (Mc 6,17-29).

En este día celebramos el martirio de Juan Bautista, quien “preparó” y “siguió” el camino de Jesús, tanto en su nacimiento como en su muerte. El misterio de estas dos vidas está entrelazado. Destacamos algunos detalles:
 
– Juan: nace mediante padres ancianos (último profeta del Antiguo Testamento).
– Jesús: nace fruto del Espíritu, mediante una madre joven (inaugura el Nuevo Testamento).
 
–  Juan: iba creciendo y su carácter se afianzaba. La mano del Señor estaba con Él.
– Jesús: crecía, se fortalecía, se iba llenando de sabiduría; la gracia de Dios estaba sobre Él.
 
– Juan: tuvo vida oculta en el desierto.
– Jesús: vivió vida oculta en Nazaret.
 
–  Juan: bautiza a Jesús
–  Jesús: bendice a Juan
 
–  Juan: bautiza con agua.
–  Jesús: bautiza con Espíritu.
 
–  Juan: es la voz.
–  Jesús: es la Palabra.
 
–  Juan: es un profeta
–  Jesús: es más que un profeta
 
–  Juan: llama a la conversión.
–  Jesús: llama al Reino.
 
–  Juan: es penitencia.
–  Jesús: es la fiesta del novio.
 
–  Juan: prepara el camino.
–  Jesús: es el camino.
 
–   Juan: comienza a menguar.
–   Jesús: comienza a crecer.
 
Juan es arrestado por Herodes justo en el apogeo de la vida pública de Jesús. Le anuncia, de esta manera, el destino de quien es fiel a la verdad. Juan es inspiración para Jesús, de la misma manera en que Jesús lo fue para Juan. 

Nos toca meditar qué tanto nos ejercitamos nosotros en el día a día para vivir anclados a la verdad. No se trata sólo de decir la verdad, sino de vivir en ella. Jesús es la verdad. Quien vive y habla la verdad crece en santidad; el Espíritu le da el don de fortaleza para que, con valentía, no se deje amedrentar por corrientes falsas. Cuando uno opta por la verdad comienza el martirio cotidiano.

Cada verdad pronunciada exorciza el corazón; tiene su consecuencia, y también su paga.
 
–   Juan: termina sus días terrenos decapitado.
–   Jesús: los termina en la cruz.
 
– Juan: ha recibido la corona de los vencedores.
– Jesús: ha resucitado.
 
Con el Salmo 70 rezamos: “A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame/ Fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno me sostenías”.

1. ¿He dejado de decir la verdad por caer bien a los otros?
2. ¿Sé del peligro espiritual y ético cuando digo, por algún motivo, “mentiras piadosas”? ¡No hay mentiras piadosas, hay mentiras!
3. ¿Pido la valentía del Espíritu, y la caridad, para decir la verdad claramente?