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LA SABIDURÍA DEL ESPÍRITU EN EL SEGUIMIENTO DE JESÚS.

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LECTURAS DE HOY: 04/9/22.
(Sab 9,13-18; Sal 89; Fil 9b-10.12-17; Lc 14,25-33).

La primera lectura nos adentra en la fuente de la sabiduría, Dios mismo; de quien nos hace preguntar: “¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría, enviando tu Santo Espíritu desde el cielo?”. Quedan claras tres cosas fundamentales: “conocer la voluntad de Dios en un principio sapiencial”, “alcanzar sabiduría, como don, es una gracia que sólo Dios puede conceder”, “Dios nos concede dicha gracia para nuestra propia salvación”.
 
El Salmo 89 nos hace suplicar: “Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato”. En la misma corriente sapiencial, es una frase que invita a aprovechar el tiempo. La vida terrena es efímera, transitoria. Hoy estamos y mañana, nadie sabe. Nosotros pasamos, pero la sabiduría permanece de generación en generación, sin ser estática. Pasamos, pero Dios mantiene su sabiduría como refugio; sólo en ella se experimenta la alegría, la bondad y la misericordia.  
 
San Pablo, en la carta a Filemón, nos da ejemplo vivo de cómo se aplica la sabiduría en la vida cristiana. La persona sabia siempre tiene criterios para incluir a los demás, en este caso, a Onésimo. Pablo no para de evangelizar, y hasta en la cárcel engendra hijos espirituales. No se conforma con engendrarlos, sino en asegurarle el futuro por el mismo bien evangelizador. La manera en que se dirige a Filemón para que lo acoja, no como un esclavo, sino como un hermano querido, nos enseña que la sabiduría nos educa para superar las diferencias, fortaleciendo la fraternidad cristiana, abogando por la reconciliación comunitaria.
 
El evangelio nos muestra que Jesús es la personificación, la encarnación de la sabiduría del Padre, y mucho más. Con un lenguaje radical asegura nuestro Señor: “Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío”. “Detrás”, es un detalle importante. Porque desde aquí se aprende la manera de hacerlo, y la precisión de seguirle. Lo que Jesús ha hecho, nos pide que lo hagamos. Él ha mostrado superar los lazos sanguíneos por una nueva familia; también lo ha dejado todo, ha renunciado a todo, por el Padre y su Reino.

Sólo con la sabiduría que viene de lo alto nosotros podremos entender y realizar lo que el Señor nos pide. La sabiduría nos hace libres. Nos muestra el camino de la verdadera riqueza. Ayuda a encontrar el verdadero tesoro escondido por el cual dejarlo todo.
 
Señor: que tu Espíritu nos asista para que, con alegría y en libertad, podamos vivir de manera consistente tu seguimiento.
 
1. ¿Suplico la sabiduría de Dios?
2. ¿Por qué la sabiduría permite, en el seguimiento de Jesús, renuncias concretas sin sufrimiento?3. ¿Cuáles ejemplos de personas sabias conocemos, y por qué lo son; qué actitudes presentan?