BALANCE

Debo aclarar de entrada que Jesús nos cuenta no un curso de corrupción ni siquiera el mostrar la deshonestidad como camino de vida, sino como deberíamos administrar o relacionarnos con los bienes materiales.

Un administrador es una persona que tiene por oficio administrar los bienes de otros, por lo que debe planificar, dirigir, controlar y organizar con responsabilidad todo lo que esté a su alcance para ejecutar una buena gestión de lo puesto en sus manos. Él sabe con qué cuenta, cuáles son sus habilidades, destrezas y carencias.

Si Dios nos pidiera el balance de nuestra gestión: con la familia, en la relación de pareja, con tus hijos, con tus padres, con tu trabajo, con tus bienes, con tu comunidad, y los carismas que te ha puesto a administrar ¿cuál sería tu balance? ¿Cómo eres en tu vida de fe? ¿Eres realmente de fiar?

Todos debemos rendir cuentas al final de nuestra vida, pues seremos juzgados en el amor. Es necesario, por tanto, poner más empeño y cuidado en la vida cristiana para alcanzar el Reino, que es la perla preciosa. Dios quiere hacernos administradores de sus bienes perpetuos. Dios quiere darnos el Espíritu Santo. Pongamos nuestro empeño y cambiemos de actitud para ser capaces de recibir sus dones. Amén.