María de la Altagracia

El 21 de enero celebramos el Día de la Madre de Dios en la advocación de la Altagracia. Gran fiesta para el pueblo dominicano, que siempre la ha reconocido como a su madre del cielo. “Sin duda alguna que Nuestra Señora de la Altagracia es la devoción por excelencia del pueblo dominicano, metida en su alma y su cultura y, por eso, el punto de partida esencial para su evangelización inculturizada. De ahí la necesidad de apropiados estudios históricos altagracianos, teológicos, sociológicos y pastorales.” (Monseñor De la Rosa y Carpio, en la presentación del Libro de John Fleury, Historia de Nuestra Señora la Virgen de Altagracia).

He estado leyendo este maravilloso libro, y coincido con Monseñor de que “reúne en él unos textos originales de valor incalculable para el estudiante serio de la materia o para el pastoralista que intenta hacer una evangelización en profundidad encarnada e inculturizada”.

John se pregunta: “¿Por qué es tan popular la Virgen de La Altagracia?”. La respuesta es muy sencilla: “Porque es milagrosa”, “¿Y por qué es tan milagrosa?” La segunda respuesta necesita algo más de tiempo. Todo milagro es la respuesta de Dios a la fe. Jesús nos dice: “Y todo cuanto pidan con fe en la oración, lo recibirán” (Mt 21,22). Dios Padre es todo amor. Jamás se ha metido donde no haya sido invitado. Sin embargo, Él quiere ayudarnos, y solamente hace falta que le pidamos “con la fe en la oración”.