PAN VIVO, DE CARNE, COMIDO POR LA FE.

EVANGELIO DE HOY: 23/4/21 (Jn 6,52-59).

Ante la disputa de los judíos, el Señor inaugura el evangelio de hoy con una afirmación: «Si no comen la «carne» del Hijo del hombre y no beben su «sangre», no tienen vida en ustedes».

En estos días se ha insistido en comer el «pan» de vida, ahora se enfatiza en la «carne» del Hijo; ambos conceptos vienen a ser sinónimos; sólo que «carne», del griego «sarx», aquí apunta «al cuerpo de Cristo», «carne glorificada». Casa y escuela de nuestra santidad.

¿Cómo puede darnos a comer su carne? Considere el contraste entre «carne de vida» (Cristo) y «sin vida en la carne» (nosotros).

Sin la Eucaristía somos como «un cascarón de gente», vida hueca, vacía, sin horizonte, como muertos que caminan…

El Señor nos rescata hecho alimento y vitamina: a manera de PAN VIVO, CON CARNE, CON CUERPO.

Un pan de carne: que ha caminado por el mundo, dejándose comer, amasar, triturar para dar Vida.

Un pan de carne que, al ser masticado, riega su sangre como agua para ser bebida.

Al comer el pan de carne, vivo, entra la VIDA en quien lo come: «Habita en mí y yo en Él». Observe que, con el Hijo, también entra el Padre y el Espíritu, haciendo morada segura. Y viene lo más decisivo:

«EL QUE ME COME VIVIRÁ POR MÍ». San Pablo nos ayuda a asimilar esta frase cuando dice: «Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí»; «Tenemos la mente de Cristo» (1Cor 2,16).

Señor: no queremos entrar en disputa. Aumenta nuestra fe. Danos luz para valorar y dignificar, cada vez más, tu santo misterio eucarístico. Deseamos tener vida en nosotros. Confiamos en ti, porque «Firme es tu misericordia con nosotros, tu fidelidad dura por siempre».

• ☆¿Con qué me estoy alimentando?
• ☆¿Siento mi vida hueca o ella es carne resucitada?
• ☆¿La sagrada comunión me va haciendo peregrino: de la esclavitud a la libertad; de la muerte a la vida; de la comodidad a la entrega?
• ☆¿Me estoy dejando comer sirviendo gratuitamente a los hermanos?