LA ESPIRITUALIDAD DE LA PUERTA
2 min readEVANGELIO DE HOY: 26/4/21 (Jn 10,1-10).
El evangelio de hoy, con las imágenes del «pastor» y la «puerta» nos permite meditar en cuatro situaciones vinculadas a nuestra vida espiritual:
1. CRITERIOS PARA ABRIR LA PUERTA
Muchas realidades, personas… llegan a nuestra puerta, a nuestra vida. ¿A quién abrir? ¿Cómo custodiar la entrada de nuestra casa interior? Jesús, hoy, nos da criterios para discernir. Quien llega en nombre de Cristo, lo hace con respeto, sin violencia, no invade, ni se salta clandestinamente… Quien llega trayendo a Jesús, lo hace a su manera: «espera que le abran», al ser identificado.
2. HABIENDO PASADO POR LA PUERTA
Quien ha entrado por la puerta no molesta dentro, ni asusta. No es ladrón ni bandido. Quien entra por la puerta inspira confianza… y en esta confianza se forja la experiencia fundante:
«Las ovejas atienden su voz».
En la estancia y convivencia, en la intimidad de la casa con Jesús, se estrechan los lazos… y forja la identidad. Atender a la voz del pastor es dejarse formar, instruir, amar. Este es el espacio del conocimiento profundo. No basta con dejarle entrar, es necesario aprovechar el tiempo dentro.
3. SALIR POR LA PUERTA
Observe que el pastor «va llamando, por el nombre, a sus ovejas» para que salgan. Esta es la Iglesia en salida, que nos habla el Papa Francisco. Al salir, llevan una identidad clara, un nombre, una misión: seguir los mismos pasos de Cristo Pastor. Asumir un pastoreo compartido…. siguiendo su voz, meditando sus palabras, huyendo de voces extrañas que persuaden y distraen…
4. ENTRAR Y SALIR POR LA PUERTA
Esta es una imagen hermosa y muy del evangelio, huele a libertad interior. Pudiéramos considerar que abre dos escenarios: uno de «contemplar y otro de dar lo contemplado». Porque en los intereses del buen pastor está mantener el rebaño, pero al mismo tiempo buscar a las dispersas. Ni dentro ni fuera del redil, en esta tarea santa, faltará nada…se encontrarán los «pastos» necesarios para la vida.
Señor: que la vida de oración y sacramental sean la seguridad y los vigilantes que nos permitan identificar a quién/qué abrir la puerta; a quién/qué cerrarla.
- ☆¿Cómo está mi puerta?
- ☆ ¿Hay extraños queriendo entrar?
- ☆ ¿Escucho la voz del pastor: entramos y salimos juntos?
Comentarios de la Hermana Ángela Cabrera